Tras recibir la bendición del papa Francisco en Roma, asume el nuevo Arzobispo de Buenos Aires

Tras recibir la bendición del papa Francisco en Roma, asume el nuevo Arzobispo de Buenos Aires

Se trata de monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, previamente obispo de Río Gallegos. Tomará posesión en su cargo este sábado en la Plaza de Mayo. Está previsto que el Presidente y parte de su gabinete participen de la ceremonia

 

Este sábado, durante una ceremonia en la Plaza de Mayo, el nuevo arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, quien hace dos semanas había recibido la bendición del Papa Francisco en el Vaticano, iniciará su ministerio al frente de la diócesis que encabezó el propio Jorge Bergoglio hasta su elección como sumo pontífice en 2013. Está previsto que el presidente Alberto Fernández y parte de su gabinete participen de la ceremonia, aunque no está confirmada la presencia del ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa.

La ceremonia comenzará a las 14, con la profesión de fe y el juramento de fidelidad de García Cuerva y luego el nuncio apostólico, Miroslaw Adamczyk, le impondrá el palio arzobispal que el Papa Francisco le entregó el 29 de junio en Roma, al igual a los nuevos 28 arzobispos metropolitanos designados en el último año. Previamente, de 12 a 12.10, repicarán las campanas de las iglesias de la ciudad como saludo al nuevo arzobispo.

García Cuerva reemplazará al cardenal Mario Poli, quien había sido nombrado por el Sumo Pontífice a los pocos días de ser electo Papa, en 2013 y renunció en noviembre pasado por haber llegado a la edad límite de 75 años.

El sucesor de Poli, de 55 años, se convertirá en el segundo sucesor del entonces cardenal Bergoglio al frente de la arquidiócesis de Buenos Aires. Es considerado un obispo de gran saber académico además de contar con una profunda inserción pastoral, especialmente en el ámbito carcelario, y con una importante trayectoria social en los barrios populares del conurbano bonaerense.

Nacido en Río Gallegos, provincia de Santa Cruz, el 12 de abril de 1968, estudió Filosofía y Teología en el seminario de la diócesis de San Isidro y recibió su ordenación sacerdotal el 24 de octubre de 1997 de manos de Monseñor Jorge Cassareto.

Es licenciado en Derecho Canónico y en Teología con especialización en Historia de la Iglesia por la Universidad Católica Argentina, donde escribió una interesante tesis sobre la actuación de la Iglesia durante la epidemia de fiebre amarilla.

Además, fue vicario parroquial de Nuestra Señora de la Cava (1997-2005); párroco de Santa Clara de Asís (2005-2014) y párroco de Nuestra Señora de la Cava en Beccar.

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El monseñor García Cuerva junto al Papa Francisco, en el Vaticano

También se desempeñó como vicepresidente de Cáritas diocesana de San Isidro, asesor regional de la Pastoral Carcelaria, secretario de la Comisión Episcopal de Pastoral Carcelaria de la Conferencia Episcopal Argentina y capellán de varios centros penitenciarios de la provincia de Buenos Aires. Lo que lo llevó, en consecuencia, a estudiar abogacía en la Universidad Católica de Salta.

El 20 de noviembre de 2017 el papa Francisco nombró obispo titular de Lacubaza y auxiliar de Lomas de Zamora. Recibió la consagración episcopal el 3 de marzo de 2018. Al año siguiente, el 3 de enero, el Santo padre Francisco lo nombró obispo de Río Gallegos. Inició su ministerio pastoral ese 23 de marzo y en la Conferencia Episcopal Argentina es miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Carcelaria.

En tanto, el 20 de julio de 2021 el Santo Padre lo nombró, en el Vaticano, miembro del Dicasterio para los Obispos. Participa a distancia de las reuniones del Dicasterio para los Obispos y dos veces al año viaja a Roma para participar de manera presencial.

El día de su nombramiento como Arzobispo de Buenos Aires, el Santo Padre aprovechó la ocasión para animar a los responsables de arquidiócesis de todo el mundo a trabajar “en los barrios, en la sociedad civil, en la Iglesia y en la política”.

“Es hermoso si crecemos como Iglesia del seguimiento, como Iglesia humilde que nunca da por sentado la búsqueda del Señor”, dijo. Y amplió: “Es hermoso si nos convertimos en una Iglesia en salida, que no encuentra su alegría en las cosas del mundo, sino en anunciar el Evangelio al mundo, para sembrar la pregunta sobre Dios en el corazón de las personas”.

El Papa, además, alentó a trabajar “con humildad y alegría: en nuestra ciudad de Roma, en nuestras familias, en las relaciones y en los barrios, en la sociedad civil, en la Iglesia, en la política, en el mundo entero, especialmente allí donde anidan la pobreza, la degradación y la marginación”. En ese marco, convocó a los nuevos arzobispos a construir “una Iglesia que desea ser discípula del Señor y humilde servidora del Evangelio”. “Sólo así podrá dialogar con todos y convertirse en lugar de acompañamiento, cercanía y esperanza para las mujeres y los hombres de nuestro tiempo”, añadió.

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