Este domingo 25 de octubre termina el Sínodo de la Familia que comenzó hace tres semanas. Por aquellos días ni el mas agudo observador hubiera intuido que este Sínodo tendría mas impacto por las operaciones para desacreditar al Papa y a los 270 padres sinodales reunidos en el Vaticano que por los probables cambios en el enfoque pastoral sobre temas espinosos que generan polémica.
En una acción de “terrorismo mediático” sin precedentes sobre el carismático Francisco, los participantes del Sínodo tuvieron que “cerrar filas” en torno a los ejes del encuentro para no ser víctimas de acusaciones cruzadas entre los distintos sectores en pugna.
¿Cuáles fueron esos ejes para que en algunos sectores se encendieran luces de alerta? En primer lugar, el reconocimiento de que menos jóvenes deciden casarse por la falta de compromiso para formalizar un compromiso como el matrimonio; por contrapartida, cada vez hay más divorcios y separaciones. Asumiendo la falla que pudiera haber en la preparación al matrimonio, Francisco bromeó diciendo que “se estudia más para un examen que para la vida matrimonial”. Y este segundo pilar tiene conexión directa con una realidad preocupante para el Papa, las familias rotas que piensan que no tienen lugar en la Iglesia y la educación de los hijos. "Diferenciando entre quienes han sufrido la separación y quienes la han provocado. Si se mira la nueva unión desde los hijos pequeños vemos la urgencia de una acogida real hacia las personas que viven tal situación. ¿Cómo podemos pedirle a estos padres educar a los hijos en la vida cristiana si están alejados de la vida de la comunidad?”, desafió el pontífice.
Ciertamente estas no han sido semanas fáciles para el hombre que busca reformar a la iglesia, respetando la doctrina. Lo que parecía un Sínodo marcado exclusivamente por debates e intercambios sobre las distintas realidades familiares, termina convirtiéndose en el epicentro de ataques que provinieron de los sectores que mas pugnan para que la Iglesia conserve su status quo. ¿Qué debemos esperar de ahora en mas? ¿Los divorciados volverán a comulgar sacramentalmente? ¿Será mas fácil divorciarse?
Aunque se trate de una asamblea consultiva que sólo sugerirá líneas de acción, la incógnita que ronda en las horas previas es qué se atreverán a decir los padres sinodales en el texto final, que será votado el sábado para presentárselo el domingo al Papa, quien tiene en definitiva la última palabra. Existe consenso en que debe actualizarse el lenguaje y la pastoral ante situaciones difíciles que atraviesan las familias de hoy -donde hay separaciones, divorcios, nuevas uniones, convivencias y relaciones homosexuales- pero como dijo el mismo Francisco, esta búsqueda de soluciones a la emergencia se ha hecho respetando cuatro elementos fundamentales del matrimonio: la indisolubilidad, la unidad, la fidelidad y la apertura a la vida. Allí hay que buscar la clave.
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