En hebreo, Rikmá significa “entramado”. Fue el nombre elegido para llamar al programa que AMIA lanzó el año pasado a través de la Federación de Comunidades Judías de la República Argentina (Vaad Hakehilot), con el fin de fortalecer la red que reúne a los miembros de cada comunidad, reforzando su conocimiento de las fuentes judías y los valores que dan cuenta de su identidad y pertenencia.
“El nombre del programa expresa su espíritu de trabajo artesanal y detallado, y así lo llevamos a la acción durante el segundo semestre del año 2015 y continuaremos en el 2016”, remarcó Karin Paley, Coordinadora de Rikmá.
Para este año, el programa que nació para promover la transmisión y la continuidad de la vida judía organizada en las diferentes localidades del país, prepara una agenda intensa de actividades.
“Teniendo en cuenta la experiencia del año pasado, y los aprendizajes que fuimos registrando, estaremos realizando cerca de 50 actividades para este año. Esto implica la presencia de distintos educadores que ya han participando con diferentes propuestas en las comunidades”, detalló Paley. “Por otro lado, está prevista también la incorporación de nuevas comunidades a este ambicioso proyecto”, agregó.
Hasta el momento y con muy buenos resultados, participan en Rikmá las comunidades de Córdoba, Rosario, Santa Fe, Resistencia, Mar del Plata, San Juan, Moisés Ville, Salta, Posadas, General Roca, Neuquén, Catamarca, Santiago del Estero, Rafaela y Ceres.
Agenda de actividades
Sugeridas por cada kehilá de acuerdo con sus propios intereses, las actividades enmarcadas en el Programa Rikmá apuntan a enriquecer la oferta educativa y la agenda cultural de las distintas comunidades, generando espacios de capacitación y formación, y contribuyendo a la creación y consolidación de actividades (talleres, conferencias, cursos, teatro, debates, etc.).
El Programa, que cuenta con el apoyo de la fundación Keren Pincus for Jewish Education, propone sumar actividades que generen y sumen a la agenda de cada comunidad y alienta la construcción de un vínculo fuerte entre el educador y la kehilá, que sea perdurable aún después de su participación en el programa.
Desde el lanzamiento del proyecto en julio 2015, se han desarrollado más de 40 actividades en 15 comunidades, con la colaboración de 13 educadores. “En tan sólo 6 meses de implementación, llegamos a más de 800 participantes de diferentes edades”, indicó la coordinadora del programa.
Entre otras, se llevaron a cabo actividades expositivas y de reflexión sobre geopolítica en Medio Oriente, la situación actual en Israel y el panorama internacional. Se trabajó también sobre los nuevos desafíos en la educación para preservar la transmisión de los valores judaicos. Y se generaron espacios de capacitación sobre el calendario hebreo, Shabat, festividades, preceptos, costumbres y música judía.
Para los más jóvenes se desarrollaron talleres sobre Hadrajá. Algunos de los temas que se trabajaron desde el rol de madrijim y educadores fueron: la discriminación, los conflictos sociales, los estereotipos arraigados en el colectivo social. También hubo espacios en los que se abordó el concepto de liderazgo, mediante técnicas teatrales, debates e improvisaciones.
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