Procesión contra la droga

Procesión contra la droga

Organizada por un sacerdote argentino de la periferia de Buenos Aires. En la mira la casa de los vendedores

por Andrea Bonzo

La historia de un cura valiente atrae la atención de los medios argentinos. ¿Qué hizo? Encabezó una procesión que tuvo en la mira aquellas casas donde se vende droga a los jóvenes del barrio, en la periferia de Buenos Aires. Durante la procesión el sacerdote decidió detenerse para rezar delante de las casas que los vecinos ya conocen como puntos de venta de droga. “Decidimos rezar”, explicó el padre Lucho, como lo llaman los parroquianos. “Que la Virgen nos acompañe, nos fortalezca y que a ellos pueda convertirles el corazón. Que sepan que están en juego sus vidas, sus familias, la sociedad, la comunidad, el barrio, el país”, advirtió.

El sacerdote – al igual que otros curas argentinos que trabajan en contextos difíciles como las villas- declaró que no tiene miedo de eventuales –por no decir probables- represalias. “Estoy tranquilo, estoy en paz, porque es una cuestión de hacer el bien para todos: desde el que vende hasta el que consume”, respondió cuando le hicieron notar los riesgos que estaba corriendo.

Hoy la droga es el principal problema que sufren los barrios pobres y las villas en Argentina. En ese sentido Pablo Nogués, la localidad donde trabaja el padre Lucho, no es ninguna excepción. “En el barrio están muy flageladas las familias. Todos estamos con esta preocupación que destruye a las familias, a los jóvenes y a los niños”, dijo. “He acompañado la muerte de muchos jóvenes a causa de la droga y he acompañado también a muchas familias a causa de la droga. Tenemos que hacer algo: oración, procesión, silencio. Decir ‘acá estamos, queremos hacer algo juntos, por todos”.

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