35 ciudades candidatas para hospedarlo, y además el Congreso, la frontera, los barrios marginales, el narcotráfico y la corrupción
por Luis BadillaA pesar de que todavía faltan muchos meses para la visita del Papa Francisco, en México ya empezó a gestarse un clima de ebullición, lleno de propuestas, de iniciativas y proyectos. No menos de 35 ciudades han pedido oficialmente recibir al Papa y en el Congreso se están elaborando propuestas para “hacerle llegar al Pontífice una invitación para que haga uso de la palabra en la sede del Parlamento”. (Por ahora las dos únicas ciudades seguras son la capital y Ciudad Juárez).
El viaje del Papa, como dijo el padre Lombardi, portavoz de la Santa Sede, es un proyecto en estudio y por lo tanto no hay ningún dato oficial. Con respecto a la fecha, la prensa local habla de los primeros meses de 2016, especialmente marzo, y en este sentido se asocia la posibilidad de que antes del 23 de marzo de 2016, en Bogotá, el gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc firmen el Acuerdo de paz. En ese caso, manifiestan, el viaje papal podría tener dos etapas: México y Colombia.
El arzobispo de Ciudad de México, cardenal Norberto Rivera, en el semanario de la arquidiócesis “Desde la Fe” afirma en una nota editorial de bienvenida: “es previsible que Francisco marche a las periferias de excluidos y grupos afligidos por dolorosas tragedias ante inútiles anhelos de justicia; hacia zonas donde los migrantes sufren, y (nosotros esperamos que pueda) derribar los muros del odio y separación”. ¡Está clarísimo! Ningún nombre, ningún lugar, pero resulta muy evidente la naturaleza del programa que están pensando los obispos mexicanos: ciudades fronterizas con Estados Unidos, barrios pobres y abandonados, parientes y familias desgarradas por el terrorismo del narcotráfico y la corrupción.
En Ciudad de México, la tercera ciudad más populosa del mundo, por lo menos un tercio de los habitantes vive en condiciones de miseria extrema y no es casual que los expertos, cuando hablan de este país, usen la expresión “desarrollo con miseria” para referirse a su principal y más dramática característica: la iniquidad social, probablemente la peor de toda la región latinoamericana.El cardenal Rivera cita también como posibles eventos del programa el encuentro con obispos, el clero, religiosos, personas consagradas, catequistas y, obviamente, una solemne Concelebración Eucarística en el Santuario de la Virgen de Guadalupe, Patrona del país y de todo el continente americano.
Será una visita especial, observa el purpurado, “porque viene al país que aloja a la segunda población católica más grande del mundo”, pero al mismo tiempo hace una advertencia: “No faltarán oportunistas políticos jalando agua para su molino”. Su visita, termina diciendo el arzobispo de Ciudad de México, “nos haría reflexionar sobre la respuesta de la Iglesia para hacer de México un país más justo, sacándonos del embotamiento provocado por la vorágine destructiva de la cultura de la muerte”.
Comentá la nota