Así lo manifestó en su mensaje por el día internacional que recuerda el impacto de estos fenómenos entre quienes se convierten en sus víctimas alrededor del mundo.

El prelado recordó que la explotación sexual y la trata de personas son crímenes sociales que atentan contra la dignidad y la libertad de la mujer y deshumaniza a quien la comete.

En este sentido el presidente del Consejo Episcopal reiteró la invitación de la iglesia a luchar contra este delito que deja destruidas a miles de mujeres, niñas, niños o adolescentes.

Haciendo memoria de las palabras del Papa Francisco en 2018, durante su visita a Puerto Maldonado; recordó que la violencia contra los adolescentes y las mujeres es un clamor que llega al cielo «Quisiera que se escuchara el grito de Dios preguntándonos a todos: ¿Donde está tu hermano? ¿Dónde está tu hermano esclavo? No nos hagamos los distraídos ni miremos para otra parte». Subrayó exhortando a la reflexión.

El día Internacional contra la Explotación Sexual y el tráfico de mujeres, niñas y niños fue instaurado en 1999 por la Conferencia Mundial de la Coalición contra el tráfico de personas en coordinación con la Conferencia de Mujeres efectuada en enero de 1999 en la ciudad de Dhaka en Bangladesh.

En América Latina, Argentina es el país pionero en la promulgación de normas contra la prostitución infantil; luego de sancionar dicha ley el 23 de septiembre de 1913.

La prostitución infantil y la trata de personas con fines de explotación sexual constituyen otra expresión de la violencia de género que debemos denunciar.El silencio nos hace cómplices de este tipo de esclavitud moderna.