El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Poli, advirtió este miércoles que para que el pueblo crezca y se eduque en valores es necesario "primero" que los niños tengan qué comer, sus padres posean trabajo y ambos salud.

El purpurado porteño presidió la tradicional Misa por la Educación en la catedral metropolitana, donde exhortó a cientos de docentes y alumnos a reavivar la pasión por instruir y por aprender, y pidió ofrecer "una educación que enseñe a pensar críticamente y que ofrezca un camino de maduración en valores".

"Para educar a los chicos, primero tienen que comer, sus padres, tener trabajo, y ambos tener salud. Para crear, avanzar y hacer que nuestro pueblo crezca, necesitamos comida, trabajo, salud y oración", sostuvo.

"El papa Francisco piensa en una educación que cultive valores en el corazón. Estamos pensando en una pasión que se renueve en el corazón de los docentes y de todos los que tienen la responsabilidad de contagiar la alegría de enseñar", subrayó Poli, y agregó: "íPasión, eh! Pasión por educar, que viene de las entrañas".

A poco de empezar la Misa por la Educación, propuesta iniciada por el hoy papa Francisco, las inclemencias del tiempo obligaron a trasladar al interior del templo la celebración que iba a desarrollarse al aire libre frente a la Plaza de Mayo.

Al dirigirse a los alumnos de escuelas públicas y privadas que colmaron la catedral, el cardenal Poli puntualizó que esta misa es para "rezar por la Educación de la Argentina, no sólo por nosotros", en referencia a la educación de gestión católica.

Tras la misa, el cardenal Mario Aurelio Poli, el sheij Adelnaby El-Hefnaui y el rabino Adrián Herbst rezaron por la paz en la Argentina y el mundo, en el marco de una oración interreligiosa para conmemorar los 15 años desde que el cardenal Jorge Bergoglio, hoy pontífice, y representantes de otros credos, plantaron en la Plaza de Mayo el Olivo de la Paz.

"Que la palabra inclusión se haga cada vez más realidad en el país", pidió el cardenal Poli.

El rabino Herbst rogó "para que estemos siempre al servicio del ser humano" y el sheij El-Hefnaui elevó una plegaria a Dios para que "El nos permita vivir en paz, con seguridad y con felicidad".

Debido a la lluvia incesante, los representantes de la fe cristiana, judía e islámica trasladaron el rezo al interior de la catedral y no pudieron realizar el acto de inauguración del "Camino de la Paz", una senda que permitirá a las personas de diversos credos o no creyentes acercarse al pie del olivo y reflexionar o rezar por la paz.

Tanto en la cultura cristiana como en la religión judía e islámica el olivo es un símbolo de paz.