Polémica por campaña en las redes que pide la vuelta de las misas durante la cuarentena

Polémica por campaña en las redes que pide la vuelta de las misas durante la cuarentena

Empezó en España y se está replicando en países como Argentina. Varios obispos aclararon que cumplen con una disposición sanitaria para cuidar la vida, que mientras tanto se la oficia por Internet y que hay otras formas de vivir la fe.

Sergio Rubin

Las restricciones para contener la expansión del coronavirus en el país suscita ansiedades y hasta lobbies de sectores del quehacer de la vida económica ante el Gobierno para volver a funcionar, aunque sea parcialmente, y paliar los efectos recesivos de la cuarentena. Pero también en materia religiosa un grupo de fieles católicos de un perfil conservador están reclamando, ya no al Estado, sino a la propia Iglesia que abogue decididamente para que vuelvan las misas en los templos.

La campaña se origina en España, pero se  replica en otros países como la Argentina,  y tiene por lema “Devuélvannos la misa”. Se instrumenta sobre todo a través de videos en los que fieles, individualmente o en familia, dicen que esta celebración es esencial para la vida religiosa y que se puede celebrar con los debidos recaudos sanitarios. Pero en la Iglesia dicen que puede haber razones excepcionales que –como en este caso- lleven a suspender su obligatoriedad dominical.

Dos obispos en el país salieron en los últimos días al cruce del reclamo –acaso favorecido por la mayor demanda de espiritualidad que provoca el aislamiento- para manifestar su inconveniencia. Uno de ellos fue el obispo de San Justo, en el populoso partido de La Matanza, Eduardo García, quien cuestionó a aquellos que  “nos proponen con espíritu de cruzada, que es lo que menos necesitamos en este momento: ‘Juéguense por la fe, nosotros los acompañamos”.

Tras aclarar lo obvio –que en el país no existe una persecución religiosa, sino restricciones sanitarias como en casi todo el mundo-, afirma que “ama la eucaristía (misa); de hecho, la celebro todos los días a través de las redes sociales para acompañar el camino de la fe de la gente, pero claramente son otras las prioridades para poder vivir la fe en serio, en lo esencial”.

En el caso de su diócesis menciona el refuerzo de la asistencia alimentaria que ofrecen las parroquias ante el crecimiento de las necesidades y señala que “de muy poco servirá la reapertura gradual de los templos si no hay una reapertura radical de la Iglesia de cara a la realidad, sin ombliguismos seudo religiosos de autocomplacencia”.

Algo no muy distinto dijo el obispo auxiliar de San Juan, Carlos María Domínguez, quien señaló que los sacerdotes están apelando al streaming y las redes sociales para ofrecer la misa, si bien se trata –dijo citando al Papa Francisco- de un recurso transitorio porque su celebración es, por definición, comunitaria.

De hecho, las celebraciones a distancia están teniendo una buena adhesión entre los fieles. Incluso no pocos sacerdotes dicen que sus misas son seguidas ahora las presenciales. Tampoco falta algún cura que teme que ello provoque una merma en la concurrencia al templo cuando se levante la cuarentena.

“Los templos están cerrados, pero la Iglesia no está durmiendo”, agregó Domínguez, en referencia a que no solo se está prestando ayuda social, sino también asistencia espiritual a muchos fieles, en particular a los enfermos gracias a la autorización del Estado para que los ministros religiosos puedan desplazarse.

De todas maneras, el presidente del Episcopado, el obispo Oscar Ojea, le pidió en los últimos días al Gobierno que la apertura gradual del acceso a las misas, con los debidos cuidados, sea incorporada a la lista de pedidos que se irán respondiendo a medida que se vaya flexibilizando la cuarentena.

La Casa Rosada adelantó que en lo inmediato no será posible. Mientras tanto –dijo un cura- los cristianos podrán encontrar a Jesús en el pobre, el enfermo y el que está solo, que particularmente en estos momentos están necesitando ayuda material o afectiva.

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