Es una de las celebraciones más características del calendario judío. Se festeja en familia y está llena de simbología, tradición y comidas típicas.
La celebración de Pésaj, también conocida como la Pascua judía, es una de las fechas más importantes del calendario judío. Este año, la festividad tiene lugar entre el lunes 22 de abril y el martes 30 de abril. Esa semana, millones de personas del pueblo judío celebran los días sagrados llenos de elementos simbólicos, tradiciones y comidas típicas.
El adoctrinamiento como concepto imposible
La festividad de Pésaj tiene una fecha fija de comienzo: el día 15 del Nisán (mes del calendario hebreo entre marzo y abril). El primer día y el último son los sagrados (“yom tov”) y no se trabaja, además de sacralizar la jornada con el kidush (rezo con vino).
El Pésaj es la "fiesta de la libertad”.
Qué se celebra en Pésaj
La ceremonia es de las más características del calendario judío y conmemora el Éxodo de Egipto. Por lo tanto, Pésaj es también llamada "la fiesta de la libertad".
En hebreo, la palabra Pésaj significa "saltear". Según el relato bíblico, la décima plaga que Dios envió a Egipto —ante la negativa del faraón de liberar a los esclavos— mató a los primogénitos de todos los hogares, salvo aquellos del pueblo hebreo, que estaban marcados con sangre de un cordero sacrificado por instrucción de Moisés.
Qué se come en la Pascua judía
La celebración de Pésaj sigue un orden establecido por la Hagadá, el libro que relata la liberación de Egipto y que indica en qué momento de la ceremonia se deben comer los distintos alimentos dispuestos en un plato llamado keará.
La fiesta también es conocida como “la festividad del pan ázimo” (Jag hamatzot), ya que se prohíbe el consumo de todo “Jametz”, es decir, los cinco cereales: trigo, centeno, cebada, avena y escanda, en contacto con el agua por más de 18 minutos.
En tanto, la única excepción es la matzá o pan ázimo (sin levadura) —horneado con todas las precauciones necesarias—. Este alimento simboliza que durante la salida de Egipto el pueblo hebreo no podía esperar a que la harina leudara.
Además, se usan otros símbolos, como las hierbas amargas (para recordar los trabajos forzados a los que sometían los egipcios), la jalea llamada jaroset (rememora el barro y los ladrillos que el pueblo hebreo hacía durante la esclavitud), el ala de ave asada –zroa– que retrotrae al cordero sacrificado- y las cuatro copas de vino, en señal de regocijo.
Según el sitio Enlace Judío, el vino, matzá y maror –que se utilizan el primer día– representan los tres símbolos “más importantes de la festividad: el dominio de la voluntad personal (el sacrificio de Pésaj), la felicidad y la amargura en la libertad (maror y matzá)”.
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