Para la Iglesia, el caso de Mendoza es "emblemático"

Para la Iglesia, el caso de Mendoza es

El miembro de la Comisión de Tutela de Menores, que fue creada por el Papa, se refirió a la situación en Mendoza; por año reciben unas 500 denuncias.

Por Elisabetta Piqué

En el Vaticano saben que en la Argentina estalló un escándalo gigantesco por los presuntos abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes en el Instituto Antonio Próvolo de Mendoza. Y son conscientes de que el tema se extiende: alcanzó a La Plata y podría crecer todavía más. Ya están detenidos dos sacerdotes. Uno es el italiano Nicola Corradi, de 82 años, que había sido acusado por los mismos delitos en el instituto Próvolo para sordomudos de Verona, la casa matriz. A pesar de este antecedente fue trasladado a la Argentina.

En el Vaticano saben que también hay consternación entre los fieles. "Se destapó la olla", habría comentado en su entorno más cercano el papa Francisco, que desde que asumió, en línea con su predecesor, Benedicto XVI, endureció la política de "tolerancia cero". Hace dos años, el Pontífice creó una comisión para la protección de menores para asegurar mejores políticas y procedimientos para prevenir este tipo de situaciones.

En la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), que se ocupa de estos casos, prefieren ampararse en el silencio procesal: ante un pedido de LA NACION declinaron hacer declaraciones.

El reverendo Hans Zollner, uno de los máximos especialistas en el tema, sí se atreve a hablar. Es miembro de la Comisión de Tutela de Menores creada por el Papa y preside el Centro para la Protección de Menores de la Pontificia Universidad Gregoriana.

"Lamentablemente, como se descubrieron ahora casos en la Argentina, estoy seguro de que habrá otros, porque desgraciadamente el mensaje no llegó a todos lados de la misma manera", admite en una entrevista con LA NACION.

Y agrega: "Es un caso emblemático de algo que no debería pasar en la Iglesia. No puedo decir nada en cuanto a sus implicaciones jurídicas y canónicas porque no soy funcionario de la CDF. No sé qué se comunicó ni si hay un proceso canónico en curso o finalizado. No tuve participación alguna en ellos".

Sin embargo, advierte: "Lo que puedo decir es que parece ser uno de estos casos donde existen sacerdotes que abusan de menores y que fueron capaces de escaparle a la justicia porque son grandes manipuladores. Es una situación humana que no debería suceder porque crea mucho daño en las personas, un gran escándalo y también una reacción justamente fuerte en los fieles y en la sociedad, porque es lo que no debería pasar y que la propia iglesia no quiere que pase. Y como sigue pasando no impide, de ningún modo, que estos casos salgan a la luz y sean juzgados como corresponde al tener muy presente a todos los afectados con estos comportamientos".

Con diligencia

Aunque es consciente de la indignación de muchos fieles argentinos, este jesuita alemán, que es también director y profesor del Instituto de Psicología de la Pontificia Universidad Gregoriana, no cree que Francisco se pronuncie sobre el escándalo que conmueve a su país. "No lo sé. Pero imagino que como siempre usó palabras muy fuertes y unívocas cuando habló de abusos sexuales contra menores cometidos por sacerdotes, ciertamente está muy dolido y conmovido", dice.

Recuerda que el Papa comparó el abuso sexual de un menor por parte de un sacerdote con "un sacrilegio" o una "misa negra". Es decir, un asunto "que indica que para él es muy claro que hablamos de una cosa gravísima".

Y completa: "Pero, con todo respeto, el Papa no puede controlar todo. Parecería que el Papa tuviera que intervenir en todo y no creo que sea posible ni para él ni para otra persona. Por esto él mismo pidió que los responsables directos sean diligentes y actúen como corresponda".

Si Corradi y Horacio Corbacho, el otro sacerdote detenido -que también cumplió funciones en la sede platense del instituto Próvolo- son condenados por la justicia civil de la Argentina, Zollner considera que es "muy probable" que el Vaticano los castigue al hacerlos dimitir de su estado clerical.

Lamenta que la CDF tenga sólo diez personas que trabajan en materia de abusos. Una cifra que resulta insuficiente ante la cantidad de causas. "En los últimos años, entre 400 y 500 casos fueron enviados anualmente a la Santa Sede, entre los que muchísimos se refieren a hechos ocurridos hace 30, 40 o 50 años", indica.

"Los obispos de los Estados Unidos -país que, a principios de los años 90, fue sacudido por el escándalo de abusos- decidieron que aunque estos casos están prescriptos desde el punto de vista eclesial [20 años], o civil, o también cuando el acusado ya está muerto, hay que enviar de todos modos todas las acusaciones a la CDF para que las víctimas tengan una reparación, que tengan justicia, al menos en este sentido. Por eso hay un tribunal especialmente dedicado al tema que se ocupa de verificar las acusaciones para que por lo menos las víctimas sepan que la Iglesia no es indiferente a estos hechos", añade.

Al ser consultado sobre las indemnizaciones monetarias a las víctimas, señala que, por su experiencia, "ningún dinero puede jamás resarcir un daño tan grave".

Destaca, además, el motu proprio de Francisco de junio pasado -que entró en vigor en septiembre- que, por primera vez, decretó que los obispos o superiores religiosos culpables de "negligencia" en casos de abusos sexuales, es decir, de encubrimiento, pueden ser castigados.

Gracias a esta decisión, no descarta que el Vaticano también pueda acusar desde el punto de vista eclesial a los superiores del instituto Próvolo de Verona, que enviaron a Corradi a la Argentina al haber conocido sus antecedentes.

Zollner es consciente de que para que no se desmorone la credibilidad de la Iglesia, cuya imagen se vio manchada como nunca por estos casos, es imprescindible seguir trabajando duro. El objetivo es crear una cultura distinta, que lentamente se está logrando. Cuenta, de hecho, que en los últimos dos años viajó por todo el mundo para dar conferencias sobre cómo prevenir estos delitos. Una preocupación que antes no estaba enfocada por la Iglesia porque era un tema tabú. A pesar de los avances que el Vaticano dio gracias al papa emérito, Benedicto XVI y al actual, de todos modos, reconoce que aún falta mucho por hacer.

"Estoy contento. Hemos avanzado mucho en dos años en la Comisión para la Tutela de Menores creada por el Papa, pero lamentablemente para mí el tema de los abusos no es algo que se resuelve de un día para el otro, sino que hablamos de un trabajo de 30 años", dice, finalmente, con realismo alemán.

Un experto en el Vaticano

Hans Zollner

Sacerdote

Edad: 50 años

Cargo: presidente del Centro para la Protección de los Niños de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma

Especialización

Es uno de los máximos expertos sobre abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes. Es miembro de la comisión para la protección de menores creada por el Papa hace dos años y director y profesor del Instituto de Psicología.

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