El Papa pensó escribir la Laudato si’ cuando visitó la “Tierra de los fuegos”

El Papa pensó escribir la Laudato si’ cuando visitó la “Tierra de los fuegos”

El libro-entrevista de Francisco sobre América Latina fue presentado en Roma. Algunos de sus argumentos: Aparecida 10 años después, el populismo, la corrupción y la ecología

por IACOPO SCARAMUZZI

 

La devoción popular y el populismo, la política y la corrupción, las raíces del pasado y la perspectiva de una «Patria grande» para el futuro, el ecumenismo y el diálogo interreligioso, la decisión de escribir la encíclica «Laudato si’» después de haber visitado la “Tierra de los Fuegos”. Todo ello a diez años del encuentro del episcopado latinoamericano en Aparecida (2007), en donde Jorge Mario Bergoglio era el encargado de la comisión que redactó el documento final, que lanzó esa «conversión pastoral» que representa una columna del Pontificado de Bergoglio. Todo esto y más se encuentra en el libro-entrevista del primer Pontífice latinoamericano dedicado a esta región del mundo. “Latinoamérica”, fruto de conversaciones con Hernán Reyes Alcaide, el joven corresponsal de la agencia de Estado argentina en Roma, Telám, publicado en la patria del Papa por ediciones Planeta, fue presentado hoy en Roma, en la sede de la Pontificia Comisión para América Latina. Publicamos algunos fragmentos del volumen. 

 

«Laudato si’»  

 

Respondiendo a la pregunta sobre si hubo un “click” en su conciencia ambiental, el Papa dijo: «Hubo un hecho puntual, cuando fui a Campobasso en julio de 2014 y pasé por la terra dei fuochi, la zona de entierro e incendio de refugios tóxicos en todo el sur de Italia. Me conmovió, y de allí fue un crecer a través de las noticias, una toma de conciencia lenta». El Pontífice subrayó que el «primer shock, el que me abrió la puerta al tema» le llegó durante la Conferencia de Aparecida. 

 

Aparecida  

 

De las tareas y desafíos que planteó la Conferencia a través del documento final. ¿En cuáles avanzó menos la Iglesia latinoamericana? «En la conversión pastoral. Todavía está muy a mitad de camino». ¿Por qué? «Me puedo equivocar, pero tengo una hipótesis: clericalismo se llama. El clericalismo latinoamericano es muy fuerte. Va un ejemplo banal: como arzobispo en Buenos Aires algún cura me decía “tengo en la parroquia un laico que vale oro, me organiza esto, hace lo otro. ¿Lo hacemos diácono?”. Enseguida se lo quiere clericalizar». 

 

Populismo  

 

«Hoy se abusa de la palabra “populismo” y se la utiliza sin matices para referirse a situaciones demasiado diversas. En primer lugar, distinguiría “populista” de “popular”. Se llama “popular” a quien logra interpretar el sentido de un pueblo, sus grandes tendencias, su cultura. Y esto en sí mismo no tiene nada de malo. Al contrario, puede ser la base para un proyecto transformador y duradero. La expresión “populismo” a veces se refiere también a esta capacidad para interpretar y ofrecer un cauce al sentir popular. Pero adquiere un sentido negativo cuando expresa la habilidad de alguien para instrumentalizar políticamente la cultura del pueblo al servicio de su propio poder. El problema es que hoy esta palabra se ha convertido en el “caballito de batalla” de los proyectos ultraliberales al servicio de los grandes intereses que prometen un “derrame” a partir de los abundantes beneficios de las empresas. Ante esta ideología, cualquiera que intente defender los derechos de los más débiles será presentado como “populista” con un tono marcadamente despectivo. Frente a este avance, muy presente en los grandes medios de comunicación, quiero recordar que yo mismo advertí que “estoy lejos de proponer un populismo irresponsable”». 

 

Los evangélicos  

 

¿La Iglesia se debe un “mea culpa” por esta proliferación? «En parte sí, porque no estuvo cerca del pueblo. La gente va buscando a Dios en un sentido religioso. Y busca cercanía. La gente quiere que le conozcan el nombre ¡Y además tiene derecho! El cura no es ni debe ser el patrón, sino u pastor. Hay un protagonismo en la Iglesia y es del pueblo de Dios». 

 

Democracia y corrupción  

 

«Creo que hoy uno de los deberes del católico latinoamericano es del de fortalecer la democracia. Porque como todo sistema político, si no se cuida y se mantiene, tiende a degradarse. Y hay países en el mundo en los que la democracia puede llegar solamente a ser nominal pero no real. Eso se da porque se degradó por la corrupción o por la “confusión” entre los poderes, ya sea por la poca separación entre ellos o por los avances de uno sobre otro. Hay que estar siempre en vigilia para que se mantenga la democracia en plena vigencia en todas sus formas. Luchar por la democracia es hoy en día en América Latina una de las prioridades de los cristianos. La Doctrina Social de la Iglesia, cuando habla de las formas de gobierno, y por tanto de democracia, exige esta lucha». 

 

Pablo VI  

 

«Pablo VI fue quizás ignorado durante mucho tiempo. Es verdad que los pontificados que siguieron, que fueron fundamentalmente dos (uno fue tan breve que no tuvo mucha incidencia en América Latina), estaban en la línea del Concilio, ciertamente. Ninguno quiso ir atrás. Además estuvieron los dos en el Concilio: uno como obispo (San Juan Pablo II) y el otro como teólogo, y de la línea más avanzada (Benedicto XVI). Entendían Latinoamérica, hablaban del futuro de la Iglesia. Pero la intuición de Pablo VI para América Latina quedó como en suspenso esperando que madurara el proceso postconciliar. Su documento pastoral del primer Sínodo, Evangelii nuntiandi, queda ahí, y sin embargo es el documento pastoral más grande del post concilio y que hoy en día tiene actualidad. Si uno toma Evangelii nuntiandi, encontrará una mezcla del Documento final de Aparecida y de EN». 

 

Introdujo la presentación del libro de Hernán Reyes Alcaide el “anfitrión” Guzmán Carriquiry Lecour, Secretario encargado de la vicepresidencia de la Pontificia Comisión para América Latina. También participaron el historiador Gianni La Bella, el jesuita argentino Diego Fares, de “La Civiltà Cattolica”, y el cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario del Sínodo, quien subrayó la centralidad del documento de Aparecida para el Papa y dos temas muy desarrollados en el libro: los jóvenes (que serán protagonistas del próximo Sínodo ordinario de 2018) y la Amazonia (a la que se dedicará un Sínodo especial en 2019). 

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