Por ANDREA TORNIELLI - CIUDAD DEL VATICANO

«Nunca he pensado dejar de ser el Papa». Lo dijo Francisco este domingo 29 de mayo durante el diálogo con uno de los 30 jóvenes «youtubers», en el ámbito del encuentro de Scholas Occurrentes, fundación que nació gracias al impulso de Bergoglio en verano de 2013. La fundación promueve la integración social y la cultura del encuentro por la paz y está presente en 82 países mediante su red compuesta por más de 400.000 escuelas y redes educativas, con particular atención por los más débiles y frágiles.

«Nunca he pensado dejar de ser el Papa ni en dejar por las demasiadas responsabilidades, en realidad no pensaba ni siquiera que me habrían elegido, pero desde aquel momento me sentí en paz; por naturaleza soy un poco inconsciente y entonces continúo». Con estas palabras Papa Francisco pone fin a las especulaciones alrededor de su próximo cumpleaños (en diciembre), cuando llegará a los ochenta, y sobre la hipótesis de su renuncia.

Papa Bergoglio, al hablar de la valiente decisión de su predecesor, siempre ha hablado de una «puerta» que Benedicto XVI ha «abierto» y que facilita eventuales decisiones en este sentido de sus sucesores. Pero el hecho de considerar esta posibilidad, en caso de enfermedad o de debilidad física y espiritual frente a la difícil tarea del Pontificado, nunca ha significado una decisión. Mucho menos una decisión debida a un plazo de tiempo.