El Papa León XIV: “Dios ha encontrado no a una, sino a muchas mujeres fuertes y valientes”

El Papa León XIV: “Dios ha encontrado no a una, sino a muchas mujeres fuertes y valientes”

El Papa elogió a las muchas consagradas que a lo largo de los siglos “no han dudado en correr riesgos y afrontar problemas” por “abrazar” los proyectos de Dios y responder “sí” a su llamada.

 

Por Victoria Cardiel

León XIV recibió esta mañana en audiencia a las monjas carmelitas descalzas de Tierra Santa y a las participantes en los capítulos generales de tres congregaciones femeninas: las Hermanas de Santa Catalina V. M., las Misioneras Salesianas de María Inmaculada y las Hermanas de San Pablo de Chartres.

El Santo Padre entroncó su reflexión con el pasaje del libro de los Proverbios que dice: “¿Quién hallará una mujer virtuosa? Su valor supera al de las perlas”.

Así, aseveró que sus historias ofrecen una respuesta a esta pregunta: “En ellas, de hecho, Dios ha encontrado no a una, sino a muchas mujeres fuertes y valientes”.

Durante el encuentro, celebrado en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico, el Santo Padre destacó la figura, entre otras, de Regina Protmann, fundadora de las Hermanas de Santa Catalina V. M; de María Gertrudis de la Preciosa Sangre, fundadora de las Misioneras Salesianas de María Inmaculada; de Marie-Anne de Tilly, cofundadora —con el P. Louis Chauvet— de las Hermanas de San Pablo de Chartres; y Santa Teresa de Ávila , reformadora del Carmelo, doctora de la Iglesia y maestra de vida espiritual.

Así destacó su compromiso en “arraigar y consolidar en las almas de los hermanos” el reino de Cristo, que ellas sintieron “ante todo vivo en ellas”, y a “expandirlo por toda la tierra”.

Víctimas de brutales violencias en tiempos de guerra

Aseguró que estas mujeres abrieron el camino a muchas otras, que “siguiendo a Cristo pobre, casto y obediente, han continuado su obra, a veces hasta el martirio”.

Y agregó: “Hablamos de mujeres extraordinarias que partieron en misión en tiempos difíciles; que se inclinaron sobre las miserias morales y materiales en los entornos más abandonados de la sociedad; que, para estar cerca de los necesitados, aceptaron arriesgar la vida, hasta perderla, víctimas de brutales violencias en tiempos de guerra”, afirmó el Pontífice.

La fuerza de la fidelidad

Por otro lado, insistió en que la “fuerza de la fidelidad, en todos los niveles” proviene Cristo y recordó que los medios para mantener viva esa fidelidad son los que la Iglesia ha señalado durante siglos: “la ascética, la oración, los sacramentos, la intimidad con Dios, con su Palabra y con las cosas del cielo”.

En todo caso, advirtió que, en el contexto cultural actual, “quizás alguien, en nuestro mundo inmanentista, podría pensar que se trata de una especie de ‘espiritualismo’”.

Sin embargo, señaló que la historia de las congregaciones religiosas desmiente ese prejuicio, mostrando con hechos concretos el impacto transformador de la vida de fe.

“Solo gracias a la fuerza que viene de Dios, de hecho, todo esto ha sido posible”, aseguró, al tiempo que recordó que el servicio cristiano se realiza con humildad.

En este sentido, León XIV invitó a las religiosas a permanecer unidas a Cristo, convencido de que de esa unión nacen frutos fecundos: “Si nos confiamos a Él, si permanecemos unidos a Él, suceden grandes cosas, precisamente a través de nuestra pobreza”.

También en nuestros días se necesitan mujeres generosas

El Pontífice hizo referencia a los desafíos actuales vinculados a la vida consagrada y aseguró que “también en nuestros días se necesitan mujeres generosas” y quiso dirigir un saludo especial a las hermanas carmelitas descalzas de Tierra Santa, presentes en la audiencia.

El Pontífice destacó el valor de la presencia de estas religiosas en regiones “lamentablemente desgarradas por el odio y la violencia” y subrayó que su vida contemplativa es “un testimonio de abandono confiado en Dios” y una “constante invocación por la paz”.

“Todos os acompañamos con nuestra oración y, también a través de vosotras, nos acercamos a quienes sufren”, afirmó el Papa. 

León XIV extendió su gratitud a todas las religiosas en el mundo por el bien que realizan “en tantos países y en tantos contextos diferentes”.

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