El Papa Francisco y su profunda devoción por la Virgen de Guadalupe

El Papa Francisco y su profunda devoción por la Virgen de Guadalupe

El Papa Francisco, desde mucho antes de comenzar su pontificado, tenía una profunda devoción por Nuestra Señora de Guadalupe y por su vidente, San Juan Diego Cuauhtlatoatzin.

 

Por David Ramos

Así lo recuerda especialmente el sacerdote mexicano Eduardo Chávez, considerado el mayor experto en las apariciones de la Virgen de Guadalupe.

En declaraciones a ACI Prensa el 22 de abril, el P. Chávez, que fue postulador de la causa de canonización de San Juan Diego Cuauhtlatoatzin y hoy dirige el Instituto Superior de Estudios Guadalupanos (ISEG), recordó que conoció al entonces Cardenal Jorge Mario Bergoglio en Aparecida (Brasil), con ocasión de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, conocida también como Conferencia de Aparecida, en mayo de 2007.

El fallecido pontífice era en ese tiempo el Arzobispo de Buenos Aires (Argentina), y en el marco de la conferencia tuvo el rol de presidente de la comisión de redacción del documento final de Aparecida.

“En Aparecida coincidimos en el mismo hotel y hablamos tanto de la Virgen de Guadalupe, de la tilma, de la imagen, de los significados más importantes”, recordó el P. Chávez. “Fue algo muy hermoso poder hablar de la Virgen de Guadalupe, pero fue ella la que hizo de nosotros también una cercanía muy grande”.

“Él, de hecho, ya me había escrito una carta muy hermosa de agradecimiento cuando yo era postulador de la causa de canonización de San Juan Diego, precisamente por llevar la causa y llevar hasta el punto de la canonización a San Juan Diego”, señaló.

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El P. Chávez recordó que el documento conclusivo de Aparecida menciona en varias ocasiones a la Virgen de Guadalupe, a quien los obispos latinoamericanos confiaron “el nuevo impulso que brota a partir de hoy en toda América Latina y El Caribe, bajo el soplo del nuevo Pentecostés para nuestra Iglesia”.

El Cardenal Bergoglio y la primera parroquia dedicada a Juan Diego fuera de México

San Juan Diego Cuauhtlatoatzin fue canonizado por San Juan Pablo II el 31 de julio de 2002. Apenas dos días después, en una Misa celebrada en Buenos Aires el entonces Cardenal Bergoglio proclamó al vidente de la Virgen de Guadalupe como patrono de los floristas, y aseguró que “no hubo ni habrá flores más bellas que las que le regaló Dios, a través de la Virgen de Guadalupe, a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin”.

En diciembre de ese mismo año, creó el Centro Misionero San Juan Diego en Villa Lugano, al sur de la capital argentina.

En 2007 el Cardenal Bergoglio convirtió ese centro misionero en la parroquia San Juan Diego —la primera dedicada al santo vidente fuera de México—, pero las celebraciones litúrgicas se realizaban en un salón de usos múltiples. El plan de construir el templo fue desarrollándose hasta que se concretó su inauguración y consagración el 1 de mayo de 2015, cuando el Arzobispo de Buenos Aires ya se había convertido en el primer Papa argentino.

Parroquia San Juan Diego en Villa Lugano, Buenos Aires (Argentina). Crédito: Cortesía del P. Eduardo Chávez.

En el boletín arquidiocesano que anuncia la consagración se lee “un sueño se nos ha hecho realidad en la Parroquia San Juan Diego (...) primero fue la Carpa, después el Saloncito, y ahora el Templo”.

El templo fue consagrado por el entonces Arzobispo Primado de México, Cardenal Norberto Rivera, a invitación del sucesor del Papa Francisco al frente de la Arquidiócesis de Buenos Aires, el Cardenal Mario Aurelio Poli.

En esa ceremonia también estuvo presente el P. Eduardo Chávez, acompañado del por entonces rector de la Basílica de Guadalupe, Mons. Enrique Glennie Graue, y una delegación de católicos mexicanos.

Imagen de San Juan Diego en la parroquia San Juan Diego en Villa Lugano, Buenos Aires (Argentina). Crédito: Cortesía del P. Eduardo Chávez.

“Estuvimos allá en Buenos Aires y ciertamente supimos de este templo desde que el mismo Santo Padre nos enseñaba las fotografías de cómo iba la construcción hasta que se terminó. Estaba tan emocionado, tan contento de esto que había hecho. Fue su última obra, digamos así, constructiva en Buenos Aires”, dijo el P. Chávez. 

Sin embargo, destacó, “yo diría que fue el arranque total y pleno en su pontificado, porque la Virgen de Guadalupe siempre, siempre, lo acompañó”.

El Papa Francisco y su pedido a México: rezar “un ratito solo” ante la Virgen de Guadalupe

En una entrevista con la desaparecida agencia Notimex en febrero de 2016, a pocos días de emprender su viaje a México, el Papa Francisco aseguró que cuando estaba “con miedo de algún problema o que ha sucedido algo feo y uno no sabe cómo reaccionar, y le rezo, me gusta repetirme a mí mismo: 'No tengas miedo, ¿acaso no estoy yo aquí que soy tu Madre?'. Son palabras de Ella: 'No tengas miedo'. Es lo que más me dice Ella"”.

En esa misma entrevista, el Papa Francisco pedía a los mexicanos “como un favor (...) que esta vez, que va a ser la tercera que piso suelo mexicano, me dejen un ratito solo delante de la imagen”.

Ese deseo lo cumpliría el 13 de febrero de 2016, al rezar durante 20 minutos en el camarín de la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México ante la imagen original impresa milagrosamente en la tilma de San Juan Diego hace casi 500 años.

El Papa Francisco rezó por 20 minutos frente a la imagen original de Nuestra Señora de Guadalupe en Ciudad de México, el 13 de febrero de 2016. Crédito: Vatican Media / Captura de video.

El Papa, recordó el P. Chávez, “ni siquiera se dio cuenta todo el tiempo que ya tenía orando delante de la Virgen de Guadalupe y todos ahí en la Basílica de Guadalupe estábamos observando esta relación tan maravillosa, tan íntima, tan grandiosa de la Virgen de Guadalupe y el Sumo Pontífice”.

“Cuando yo lo visité después en Roma pidiéndole de favor que me bendijera una piedra del Tepeyac para el Instituto Superior de Estudios Guadalupanos. Él estaba realmente, no solamente encantado, estaba extasiado con la piedra, que la sobaba y la tocaba y la tocaba, y la bendecía”.

Para el P. Chávez, “la Virgen de Guadalupe fue la inspiración, el motivo, la fuerza, el vibrar de su corazón y de su alma en Jesús, buen pastor, para ser ese pastor tan sencillo, tan humilde, tan lleno de cercanía de corazón a corazón”.

Casi todos los 12 de diciembre durante su pontificado, el Papa Francisco celebró una Misa especialmente dedicada a Nuestra Señora de Guadalupe en la Basílica de San Pedro en el Vaticano.

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