En su audiencia general de los miércoles, realizada en la plaza de San Pedro, pocos días después de su reciente viaje a Georgia y Azerbaiyán, el Papa Francisco explicó la relevancia de este viaje en el Cáucaso que ha concluido la etapa que comenzó con su visita a Armenia.
El Obispo de Roma agradeció la hospitalidad en estos dos países y reconoció que ambos viven una fase histórica en donde se encuentran “algunas dificultades en varios ámbitos de la vida social” por este motivo, el Santo Padre insistió en que “la Iglesia Católica debe estar presente y ser cercana, de modo especial con el signo de la caridad y de la promoción humana, en comunión con las otras Iglesias cristianas y en diálogo con las demás comunidades religiosas”.
La catequesis del Papa en italiano se basó en este pasaje del Evangelio de San Juan (14,27-29). “Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman! Me han oído decir: «Me voy y volveré a ustedes». Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean”.
(Mercedes De La Torre, RV).
Texto de la catequesis del Papa Francisco en español:
Queridos hermanos y hermanas:
Con mi reciente viaje a Georgia y Azerbaiyán, he completado mi visita a estos tres países caucásicos, que inicié visitando Armenia.
Ambos países están viviendo una nueva fase histórica, en la que encuentran algunas dificultades en varios ámbitos de la vida social, y es precisamente allí, donde la Iglesia Católica debe estar presente y ser cercana, de modo especial con el signo de la caridad y de la promoción humana, en comunión con las otras Iglesias cristianas y en diálogo con las demás comunidades religiosas.
En Georgia ésta misión pasa por la colaboración con los hermanos ortodoxos. En los encuentros que tuve con los fieles cristianos de Georgia les animé a mantenerse firmes en la fe, con memoria, valor y esperanza, y a vivir la misión unidos a Cristo, mediante la oración y la caridad concreta.
Este estilo de presencia evangélica, como semilla del Reino de Dios, es también muy necesario en Azerbaiyán, donde la minoría católica convive con la mayoría musulmana y los hermanos ortodoxos, teniendo buenas relaciones con todos. Por eso allí, además de la Eucaristía, tuve también un encuentro interreligioso, pues la fe en Cristo anima la búsqueda y el diálogo con todos los que creen en Dios, para la construcción de un mundo más justo y fraterno.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Que la firmeza humilde de nuestra fe nos haga testigos valientes de Cristo y portadores de reconciliación, unidad y paz en el mundo. Que Dios los bendiga.
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