A la hora del Ángelus dominical, en la Jornada mundial de los pobres y en el día de su Jubileo, el Papa León XIV invitó a no dejarse vencer por el miedo ante los conflictos, las calamidades y las persecuciones. Recordó asimismo que la persecución de los cristianos “no ocurre sólo con las armas y los maltratos, sino también con las palabras, es decir, a través de la mentira y de la manipulación ideológica”.
Por: Antonella Palermo – Ciudad del Vaticano
“No dejarse vencer por el miedo”
Al comentar el capítulo 21 del Evangelio de san Lucas, antes de rezar el ángelus dominical, León XIV se refirió a cómo reacciona Jesús ante la profecía de la destrucción del templo y ante las guerras, los terremotos y las persecuciones.
Cuanto más oscura es la hora, más brilla la fe
El Papa observó que el llamamiento de Cristo resulta muy “actual”, considerando las “noticias de conflictos, calamidades y persecuciones que atormentan cada día a millones de hombres y mujeres”.
“Tanto ante estas aflicciones como ante la indiferencia que pretende ignorarlas, las palabras de Jesús anuncian que la agresión del mal no puede destruir la esperanza de quien confía en Él. Cuanto más oscura es la hora, como la noche, más brilla la fe como el sol”
El testimonio se mide precisamente en la hora de la prueba. Y los relatos bíblicos están llenos de pruebas dijo el Papa.
La persecución de los cristianos, de hecho, no ocurre solo con armas y maltratos, sino también con palabras, es decir, a través de la mentira y la manipulación ideológica. Sobre todo, cuando estamos oprimidos por estos males, físicos y morales, estamos llamados a dar testimonio de la verdad que salva al mundo, de la justicia que libera a los pueblos de la opresión y de la esperanza que señala a todos el camino de la paz.
Transfigurar la violencia en signo de redención
Resistir a las ofensas, a la violencia, a la traición. La vida de Jesús, hasta la Cruz, está continuamente marcada por esta actitud. León recuerda que “los desastres y los sufrimientos de la historia tienen un final, mientras que la alegría de quienes reconocen en Él al Salvador está destinada a durar para siempre”. Y dirige la mirada a los testigos por excelencia, los mártires:
[…] A lo largo de la historia de la Iglesia, son sobre todo los mártires quienes nos recuerdan que la gracia de Dios es capaz de transfigurar incluso la violencia en un signo de redención. Por eso, uniéndonos a nuestros hermanos y hermanas que sufren por el nombre de Jesús, busquemos con confianza la intercesión de María, Auxilio de los Cristianos. En cada prueba y dificultad, que la Virgen Santa nos consuele y nos sostenga.

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