El Papa cambia el rumbo en Madrid: José Cobo, un arzobispo sin experiencia, progresista y de largo recorrido a lo Rouco

El Papa cambia el rumbo en Madrid: José Cobo, un arzobispo sin experiencia, progresista y de largo recorrido a lo Rouco

Su designación se interpreta como si Francisco, en la recta final de su papado, quisiera apuntalar los grandes arzobispados con personas de su mismo talante y largo mandato

Este lunes se ha hecho oficial la designación de monseñor José Cobo Cano como nuevo arzobispo de Madrid en sustitución del cardenal Osoro, al que se aceptará la renuncia que presentó preceptivamente al cumplir 75 años, el 16 de mayo de 2020. Cobo era hasta ahora uno de los obispos auxiliares de Madrid y con su nombramiento se rompe una tradición que se ha venido cumpliendo escrupulosamente en los últimos cinco mitrados matritenses: llegar a la capital tras el paso por un arzobispado. El que será nuevo metropolitano este lunes ni tan siquiera ha sido obispo residencial, poseyendo el escaso bagaje de cinco años como auxiliar.

José Cobo Cano nació en Sabiote (Jaén) el 20 de septiembre de 1965, trasladándose de joven a Madrid, donde estudió en su seminario, siendo ordenado sacerdote el 23 de abril de 1994. Siempre desempeñó sus responsabilidades pastorales en parroquias del sur de la capital, hasta que al llegar el cardenal Osoro le designó vicario episcopal en 2015, siendo posteriormente consagrado obispo auxiliar el 17 de febrero de 2018.

Sus 57 años auguran un largo pontificado de al menos 20 años, que solo tiene parangón con el que desarrolló, por igual plazo, el cardenal Rouco. Su escasa experiencia y el prolongado mandato que le espera no han caído muy bien entre el clero madrileño, el cual tampoco aceptó de buen grado su promoción como obispo auxiliar. No en vano, era uno de los curas progresistas de la diócesis, que se desmarcaba de la mayoría de sus compañeros con la ausencia del atuendo sacerdotal del clergyman, como se había impuesto mayoritariamente en el presbiterado madrileño en los tiempos de Suquía y Rouco.

No obstante, la designación de Cobo se enmarca en los últimos nombramientos que ha efectuado el Papa Francisco para sedes episcopales preminentes. Así, designó para Santiago de Compostela a quien era obispo auxiliar, Francisco José Prieto, nacido en 1968. Y en Buenos Aires, de donde procede el Papa, promocionando como nuevo arzobispo a Jorge García Cuerva, también del 68, conocido como cura villero en los asentamientos populares de la capital argentina. Parece como si Francisco, en la recta final de su papado, quisiera apuntalar los grandes arzobispados con personas de su mismo talante y con un largo mandato por delante.

FIN DE LA ETAPA DE OSORO

Finaliza este lunes la etapa de Osoro al frente de la archidiócesis de Madrid. Una etapa polémica que vino marcada desde el principio por su decisión de romper amarras con todo lo que significaba el periodo de su antecesor Rouco. No se granjeó con ello el cardenal cántabro las simpatías de la mayor parte de su clero, ni tampoco las concitó por su especial predilección por el mediático padre Ángel, al que incluso confió personalmente la céntrica parroquia de San Antón. Todo ello redundó, además, en una notable caída en el número de vocaciones sacerdotales en su seminario.

A ello debe añadirse el escándalo judicial del caso Fundaciones, una trama inmobiliaria que expoliaba el patrimonio diocesano que complicó la confianza del Papa Francisco en su persona. Tampoco consiguió eco entre sus compañeros en el episcopado; no en vano, ha sido el único arzobispo de Madrid que no ha sido elegido presidente de la Conferencia Episcopal, teniéndose que contentar únicamente con el cargo de vicepresidente. Creía que dicho cargo le permitiría, al menos, prorrogar su mandato en Madrid hasta 2024, cuando concluye el periodo por el que fue elegido. Sin embargo, el Papa no ha tenido suficiente paciencia.

Parecería que Cobo, como auxiliar de Osoro, tendría que ser un prelado continuista. Nada es lo que parece en la vida episcopal. No era el candidato que promocionaba el actual arzobispo. El caso Fundaciones alejó a ambos y dejó tocada su relación. Cobo ha sido una elección directa de Bergoglio, aconsejado por el tándem Omella-Arana, que son sus principales asesores en España, y debe circunscribirse al deseo papal de amarrar las grandes metrópolis con prolongados mandatos por delante, en manos de eclesiásticos de talante progresista. Veremos cómo es acogido por sus sacerdotes, que por ahora no le están distinguiendo con especial entusiasmo.

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