El obispo de Quilmes Carlos Tissera recordó a los enfermeros “agobiados pro horas y horas de servicio” con “sueldos miserables” y “sin ser reconocidos”, durante la misa de la Ascensión del Señor en la capilla del Obispado.
“Enfermeras y enfermeros, también médicos y médicas, y los demás agentes de la salud, agobiados por horas y horas de servicio en hospitales y clínicas, con sueldos insuficientes, muchos sin ser reconocidos en la noble profesión de enfermeros y enfermeras; sin embargo, pasan días y noches enteras asistiendo a los enfermos, haciéndoles más humana esa soledad en el dolor. En silencio, esos trabajadores de la salud, son un grito de esperanza”, destacó el Obispo.
Monseñor Tissera los consideró “buenos samaritanos que encarnan a Jesús que no abandona, cura nuestras heridas y nos abraza con ternura. Son profetas de esperanza que también invitan a un cambio de vida”.
“Ese testimonio es un llamado a salir de actitudes egoístas y mezquinas, para animarse a vivir la aventura de compartir y de servir. Existen estos profetas de la esperanza, porque está vivo el amor. Es el amor de Dios derramado en sus corazones. Es posible soñar juntos un mundo mejor”, añadió.
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