“Rezar la vida – La oración del santo pueblo fiel de Dios”

El escrito, que lleva por título: “Rezar la vida – La oración del santo pueblo fiel de Dios”, invita a las Iglesias particulares a que “avancen y profundicen en esta genuina experiencia de oración, que envuelve, transforma y dinamiza la vida entera”. Se trata de un texto dividido en tres partes: Desde, en y para la vida.

En un primer momento muestra la iniciativa amorosa, misericordiosa y salvadora de Dios, resaltando que “en el seno mismo de la Trinidad se gesta la obra de la redención que rescata, sana y libera al género humano para renovar y transformar la vida de cada persona”. En esa tesitura se presenta la oración como “don de Dios que nos llama a entrar en la comunión de su alianza”, y la Liturgia de la Horas como “celebración de esa historia de la salvación, actualización del misterio pascual, santificación del camino de la existencia y auténtico culto en espíritu y verdad”.

Oración comunitaria por antonomasia

En la vida, descubriendo que “los verdaderos encuentros con Dios son salvíficos por cuanto renuevan y transforman la existencia”, algo que se traduce en sentimientos diversos. Desde ahí se hace ver que la oración de alabanza, acción de gracias y súplica permanente por la humanidad por parte de la Iglesia es algo que la asocia con Cristo, resaltando la Liturgia de las Horas como “oración comunitaria por antonomasia”, que “hace memoria de la acción amorosa de Dios, alabándolo y suplicándole”.

Una oración “Para la vida”, pues “el Dios de la alianza promete a su pueblo nueva vida y salvación”. Se trata descubrir que “la oración nutre el deseo y el compromiso de vivir para llegar un día al Banquete celestial”. En ese sentido, se señala que “oyendo la Palabra, contemplando las maravillas de Dios en la historia y respondiendo confiada, fiel y generosamente al Evangelio, nuestra existencia se va transformando, fecundada en la oración y fructificando en obras de amor”.

Marcar el ritmo de nuestra existencia cotidiana

La carta afirma que “la Liturgia de las Horas, entre el tiempo y la eternidad, va marcando el ritmo de nuestra existencia cotidiana como pueblo de peregrinos, iluminándonos con la Palabra cristalizada en el diálogo vital de los salmos, resonancia de todas las situaciones humanas”, insistiendo en que “nos pone en perspectiva de eternidad”. Por eso es vista como “un camino de escucha y aprendizaje”, en vista de ser auténticos discípulos misioneros.

Desde el episcopado argentino se pone como inspiración y motivación al santo cura Brochero, para que los presbíteros y diáconos, también los consagrados y consagradas, inclusive los fieles laicos, aprecien “esta nueva edición de la Liturgia de las Horas para Argentina como oportunidad de renovar el amor por la oración de la Iglesia en la cual se sostiene su vocación y misión”.

Finalmente se invita a que “cada celebración, comunitaria o personal, del Oficio Divino será una ocasión para ‘rezar la vida’ dejando que la luminosidad y suavidad de la Palabra divina, cale hondo en nuestro interior”. Y en esa oración, “crecer en la cercanía con el Señor y ese encuentro con él, siga transformando nuestras vidas”.