El arzobispo, que presidió la celebración, elogió la fe firme de la comunidad cristiana local, enfatizando su determinación de regresar a su tierra ancestral a pesar del sufrimiento que soportaron debido al desplazamiento forzado.
En medio de las renovadas tensiones en Medio Oriente, la archieparquía siria católica de Mosul (Irak) y sus alrededores ha continuado con su tradición de celebrar la Primera Comunión para los niños en Qaraqosh (Baghdeda). Más de 450 niños y niñas recibieron el sacramento durante las liturgias celebradas en el último mes en varias iglesias de la ciudad.
En sus homilías durante las celebraciones, el arzobispo Benedictus Hanno elogió la fe firme de la comunidad cristiana local, enfatizando su determinación de regresar a su tierra ancestral a pesar del sufrimiento que soportaron debido al desplazamiento forzado. «Cuando vemos a este radiante grupo recibiendo el Cuerpo de Cristo con fe, sabemos que nuestras familias permanecen firmes en su compromiso, y que nuestra Iglesia continúa creciendo y floreciendo», dijo.
Monseñor Hanno también destacó el papel vital de las familias católicas en el cultivo de la fe de sus hijos: «Cuando el padre y la madre están unidos en la fe, la familia se convierte en un castillo fortificado, capaz de resistir la tentación, el mal y la desviación moral».
Los cristianos de Qaraqosh y de las ciudades vecinas fueron expulsados a la fuerza de su tierra que históricamente han ocupado en la llanura de Nínive cuando el Estado Islámico (ISIS) tomó la región, el 6 de agosto de 2014. «No dudaron en abandonar sus hogares y posesiones para preservar su fe... son perseguidos por su creencia, y no hay nada más noble que aferrarse a la propia fe», dijo monseñor Hanno en una entrevista con ACI MENA, la agencia de noticias en árabe de EWTN News.
A pesar de la emigración a gran escala de cristianos de Irak, muchos han regresado a Qaraqosh tras su liberación en 2017, decididos a reconstruir sus iglesias y hogares y a permanecer arraigados en su tierra. Qaraqosh —conocida en siríaco como Baghdeda y situada en la provincia de Nínive, al norte de Irak— sigue siendo una de las ciudades cristianas más grandes del país. Sin embargo, el número de cristianos ha disminuido de unos 60.000 antes de 2014 a alrededor de 30.000 en la actualidad.
Durante su histórica visita a Irak en 2021, el Papa Francisco visitó Qaraqosh y se reunió con los fieles en la catedral de la Inmaculada Concepción.
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