Neuquén: más de 300 participantes en la Misa de los Niños y las Familias

Neuquén: más de 300 participantes en la Misa de los Niños y las Familias

La Eucaristía fue presidida por el obispo local, Mons. Fernando Croxatto, quien animó a los presentes a "ser constructores de paz" y a "decirle sí al amor de Dios" y "no al egoísmo e individualismo".

Unos 300 niños y adolescentes de la diócesis de Neuquén participaron de la segunda edición de la Misa anual de los Niños y las Familias, a la que se convocó con la consigna “En el corazón de la Iglesia yo seré el amor”, y se celebró en el espacio multicultural Graciela Alonso-Arcos Romanos de la capital provincial.

La Eucaristía fue presidida por el obispo local, monseñor Fernando Croxatto, quien estuvo acompañado por jóvenes monaguillos y sacerdotes de algunas comunidades de la ciudad.

En la homilía, el prelado aseguró que “hoy Dios nos da la oportunidad y nos pide que cambiemos, que aquello que no hemos hecho bien, intentemos hacerlo mejor”, e instó a llevar esta enseñanza a la intimidad de la familia y “darle la oportunidad al otro a que cambie y, en todo caso, ayudarlo para que pueda hacerlo”, lo cual es una forma de “mirar y comportarnos como Dios se comporta con nosotros”, señaló. 

Monseñor Croxatto exhortó a los presentes a decirle “’Sí’ al amor de Dios, a perdonar a todos, a trabajar y estudiar, a amañarnos unos a otros, y a la paz y a las alegrías; en contraposición a un ‘¡No!’ a rechazar a un hermano, a la venganza, a la pereza y a la vagancia, a las peleas y al mal humor, al egoísmo y al individualismo”. 

Finalmente, llamó a los participantes a ser “constructores de paz, en las familias y en las comunidades, “revisando los ‘sí’ que debemos dar para cumplir con ese objetivo”. 

La celebración coincidió con el inicio del Mes del Rosario y de las Misiones y con la fiesta de Santa Teresita del Niño Jesús, motivos que contribuyeron a que la jornada tuviera momentos simbólicos y emotivos, entre los que hubo cantos, actuaciones, pétalos como símbolo de la santidad, ofrendas que incluyeron un rosario misionero y alimentos no perecederos que luego se destinarían a merenderos neuquinos; y la palabra de los propios niños como protagonistas. 

El encuentro concluyó con un picnic en el lugar.

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