"Neoliberalismo dominante prefiere Iglesia encerrada en la sacristía"

Fernández ratificó que en el actual contexto económico, la Iglesia se pondrá "inevitablemente del lado de los más débiles y perjudicados", pero aclaró que no lo hará por oposición política, sino porque le interesa "cuidar" a los desprotegidos.

En una entrevista con el diario platense El Día, el arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, abordó diversos temas de actualidad, entre ellos se refirió al ministerio del papa Francisco, al paradigma neoliberal, y al papel de la Iglesia ante la pobreza.

"Los obispos actuales hablamos muy poco sobre los problemas sociales; y lo hacemos con miedo a quedar en ridículo por los propios pecados de la Iglesia", afirmó.

El prelado, que inició su ministerio episcopal hace unos meses, como sucesor de monseñor Héctor Aguer, manifestó que prefiere no hacer “planteos dialécticos” respecto a obispos anteriores, y aseguró sentirse “muy interpelado” por los planteos espirituales, pastorales y sociales del papa Francisco.

Monseñor Fernández identifica en el poder mundial -político y mediático- un fuerte predominio de lo que define como "un pensamiento neoliberal" que rechaza que la Iglesia hable de cuestiones sociales y que"la prefiere encerrada en la sacristía".

En ese sentido, advirtió que en la Argentina, esa postura neoliberal se acentuó en los medios, que "parecen responder a ese paradigma", ya sea por intereses económicos, "por alianzas de sus dueños o por pasiones políticas".

El prelado destacó el papel de la Iglesia frente a los pobres y afirmó que, respecto a las cuestiones sociales, se pone "inevitablemente del lado de los más débiles y perjudicados", pero no por una cuestión de oposición política, "sino porque nos interesa cuidar la dignidad de los más desprotegidos".

Ante las críticas recibidas por algunas posturas adoptadas, pidió que se recuerde el papel de la Iglesia en gobiernos anteriores: "Monseñor Laguna llegó a decirle a Menem que el modelo neoliberal estaba funcionando al costo de un millón de muertos", recordó y añadió: "Los obispos actuales hablamos muy poco sobre los problemas sociales; y lo hacemos con miedo a quedar en ridículo por los propios pecados de la Iglesia".

Finalmente, manifestó: “No creo que alguno se haga cura para defender la macroeconomía liberal o los ajustes".

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