El arzobispo de Corrientes presidió la misa por los 407 años del pueblo que lleva el nombre de esa advocación mariana y se convirtió en centro de peregrinación tradicional en el NEA.
El arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap, presidió la misa por el 407° aniversario de la fundación de Itatí, considerado el “pueblo de la Virgen”, donde hizo un recuento histórico de la vida de esa comunidad hasta convertirse en un centro mariano de peregrinación muy visitado, especialmente por los promesantes del Nordeste Argentino (NEA).
“La presencia de María en la vida del creyente es un permanente mensaje de apertura al Amor de Dios, de un fuerte deseo de hacer su voluntad, y de un incondicional amor al prójimo. En eso se juega la identidad de todo cristiano y en particular del creyente itateño, por tener a la Virgen como patrona y, en cierto modo, también fundadora de su pueblo”, destacó en la homilía.
El arzobispo correntino subrayó que “el mensaje de la Virgen está profundamente arraigado en los orígenes de nuestro pueblo, mensaje que hoy queremos renovar para confirmar nuestra identidad de pueblo creyente, y para comprometer creativamente nuestro esfuerzo por ser testigos creíbles, a quienes la Virgen eligió para ser sus hijos más cercanos”.
“Movidos por su ejemplo, no queremos clausurarnos en los pequeños horizontes de un negocio fácil y rápido, que puede presentarse atrayente, pero que a la larga seca las raíces y entorpece el vuelo hacia las cosas grandes y valiosas, como son la atención y el respeto a los otros, el diálogo con todos, la ayuda a los más vulnerables de la comunidad, la hospitalidad a los visitantes, el cuidado del lugar que habitamos, y esa fundamental y necesaria actitud de caminar juntos todos, sin excluir a nadie. Este es el mejor negocio que nos reportará grandes ventajas espirituales y también materiales”, aseguró.
Monseñor Stanovnik consideró que “el aniversario del pueblo es una ocasión para agradecer el extraordinario regalo que les hizo la Virgen de quedarse en este lugar y cuidarlos durante más de cuatro siglos”, y agregó: “Es también una buena y providencial oportunidad para renovar el amor a su celestial patrona y preguntarse cómo mejorar los vínculos familiares y sociales, porque solo un pueblo que supera sus divisiones internas, tiene posibilidades de madurar y progresar”.
“Acompañados de nuestra Tierna Madre de Itatí, abramos nuestro corazón y la vida de este pueblo a la venida de Jesús. Renovemos esa hermosa oración que el creyente itateño reza a su Patrona pidiéndole la gracia más importante: ‘que le conceda un gran amor a su Divino Hijo Jesús’”, sugirió, y profundizó: “Esa gracia le da identidad cristiana a este pueblo, identidad que es necesario alimentar con una entrega cotidiana de amor, que se sostiene con una memoria agradecida, con un presente de mayor compromiso, y una esperanza viva”.
“Que, en este aniversario, la Virgen de Itatí, nuestra celestial patrona, bendiga a su pueblo y a sus gobernantes; nos ayude a comprender y sostener el cambio que necesitamos en los corazones, en los hábitos y estilos de vida; y que la memoria agradecida de los orígenes de nuestro pueblo nos haga mejores cristianos y responsables ciudadanos”, concluyó.
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