Mons. Ojea: "La Virgen es la primera misionera"

Mons. Ojea:

El obispo de San Isidro animó a pedirle a María que "nos enseñe cada día a predicar el Evangelio, a llevar el Evangelio con nosotros; que María siempre nos acompañe caminando juntos".

El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Vicente Ojea, recordó que este 15 de agosto los católicos celebran la solemnidad de la Asunción de la Virgen María “en cuerpo y alma a los cielos”.

“Cuando celebramos esta fiesta a mí me gusta pensar en Jesús recibiendo en su casa del Cielo a la que lo había recibido en su casa de la Tierra, como una devolución de favores. Ella abrió su seno y su corazón para recibir a Jesús, desde el seno del Padre y ahora Jesús la recibe lleno de alegría junto a Él en el Cielo”, destacó.

“María está siempre junto Él pero no para estar lejos nuestro, sino para estar más cerca nuestro todavía; María es la gran intercesora, María es la criatura humana que primero ha resucitado y así celebramos la fiesta de la Asunción”, aseguró.

El prelado sanisidrense señaló que “una muestra de esta cercanía de María, que nunca nos abandona, es el Evangelio que toca en el día de la Asunción, que es el Evangelio de la Visitación”, y desarrolló: “María apurada, sin demora, apenas se entera de que su prima, anciana y estéril, está embarazada sale a su encuentro; quiere visitarla, quiere ofrecerle su cariño, su ayuda, su compañía; se va solita, no le importa cómo, se va con toda esa gran noticia que ha recibido de ser la Madre de Dios y María va caminando con nosotros, ya empieza a caminar con nosotros”. 

 

 

“La Virgen es la primera misionera, ¿Cómo habrá sido ese saludo de María a su prima para que el niño saltara de gozo en el seno de santa Isabel? ¿Cómo habrá sido esa experiencia del encuentro, del abrazo, entre esas dos primas? ¿Cómo habrá sido esta misión que la Virgen quiso llevar por primera vez de comunicar Jesús?”, se preguntó.

“La Iglesia es esencialmente misionera. Pidámosle a María que nos enseñe a llevar a Jesús, que nos enseñe los modos, los lenguajes para poder acercar a aquello que es el tesoro de la Iglesia, aquello que el Señor ha querido dejar para siempre en la Iglesia que es la presencia de Jesús. Lo tenemos en la Eucaristía, lo tenemos en su Palabra, lo tenemos cuando nos amamos y servimos de verdad unos a otros”, subrayó.

Hacia el final de su reflexión, monseñor Ojea animó a pedirle a María que “nos enseñe cada día a predicar el Evangelio, a llevar el Evangelio con nosotros; que María siempre nos acompañe caminando juntos”.

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