Mons. Marino en la Marcha de la Esperanza: “Jesús nos invita a salir de nuestra tibieza”

Con la concurrencia de miles de fieles, la tradicional Marcha de la Esperanza recorrió por 43º vez las calles de Mar del Plata el sábado 3 de diciembre. La procesión partió a las 16 de la gruta de Lourdes y llegó a las 20.15 a la catedral de los santos Pedro y Cecilia. En un escenario montado al aire libre, monseñor Antonio Marino, obispo de Mar del Plata, celebró la misa que dio cierre al Año de la Misericordia.

Familias completas participaron de la Marcha de la Esperanza, que por momentos alcanzó las ocho cuadras de extensión. Durante el recorrido, los vecinos se acercaban a las ventanas, a los balcones, saludaban a los que pasaban y se persignaban al paso de la Virgen de Luján, que encabezaba la marcha escoltada por las reliquias del Santo Cura Brochero. 

La primera parada fue en San Antonio. Desde allí, la marcha se dirigió a la parroquia San Carlos, para minutos después realizar el tradicional “paso de la Virgen”, donde la imagen se abre camino hasta el final de la Marcha, recorriendo las extensas cuadras de Juan B. Justo. Fue un momento para rezar, cantar, y saludar a la Virgen. La tercera parada fue en la parroquia San José, donde los residentes del Cottolengo Don Orione se asomaron por la ventana a saludar a los fieles. 

La siguiente parada fue en la parroquia Asunción de la Santísima Virgen, pegado al hospital Materno Infantil y de allí al centro de la ciudad, hasta llegar a la Catedral. Nuevamente en Rivadavia, se concretó el segundo “paso de la Virgen”. La multitud de fieles se ubicó en el playón de la catedral, ocupando hasta la calle Mitre, la plaza y la fuente. La Eucaristía fue concelebrada por todos los sacerdotes de la ciudad. Al iniciar la celebración, monseñor Marino efectuó el rito de cierre de la Puerta Santa de la Misericordia, con el que se clausuró el Año Jubilar. 

“Al término de nuestra tradicional Marcha de la Esperanza, celebramos la Eucaristía, el mayor tesoro que tenemos. Centro de nuestra vida, fuente y culminación de toda la tarea evangelizadora de la Iglesia. Por razones pastorales elegimos esta fecha como cierre diocesano del Año de la Misericordia, por contar aquí con una participación multitudinaria de fieles”, expresó el obispo en su homilía. 

Monseñor Marino recordó que Jesús, “nos invita como discípulos suyos y como Iglesia diocesana a salir de nuestra tibieza y de nuestra mediocridad. Queremos ser Iglesia de la misericordia que sale en busca de la oveja perdida, de los hijos dispersos, de los que están quebrados por la vida, para ofrecerles el Evangelio de la Vida en abundancia y de la alegría del Reino. Hemos clausurado la puerta jubilar, pero no se ha cerrado el flujo de la misericordia. La de Dios, la experimentamos cada día”. 

El prelado señaló también que el próximo 11 de febrero la diócesis de Mar del Plata cumplirá 60 años desde su creación: “El aniversario nos debe mover a un nuevo impulso evangelizador, pues sentimos el compromiso de ser Adviento de Cristo que pasa llamando a los hombres a la luz, a la vida, a la dignidad de ser hijos de Dios, congregados en la única familia de la Iglesia. No se trata de un mero recuerdo cronológico sino de un nuevo fervor en la misión donde todas las formas de pastoral orgánica renuevan su compromiso”, señaló. 

Finalmente, recordó al impulsor de la Marcha de la Esperanza, el siervo de Dios, cardenal Eduardo Pironio, quien al crear esta iniciativa, era obispo de Mar del Plata. “Él nos enseñó con su ejemplo de vida a ponernos en marcha en ‘tiempos difíciles’, como serán siempre los tiempos de la Iglesia, pero aferrados a la esperanza del cumplimiento de la promesa del Señor”, y destacó “el poderoso estímulo a la santidad que nos han brindado las reliquias del Santo Cura Brochero. Presentes en nuestra diócesis desde hace tres semanas, han recorrido ciudades y pueblos, parroquias y comunidades”. 

La misa culminó cerca de las 21.30 con el agradecimiento del presbítero Gabriel Mestre a todos los colaboradores en la organización de la Marcha y con la invitación a la misa que se realizará hoy, 5 de diciembre a las 19 en la catedral, que será ocasión para pedir por la pronta beatificación siervo de Dios, cardenal Eduardo Pironio. Se realiza en el marco del 10° aniversario del presunto milagro por la intercesión de Pironio acontecido en Mar del Plata. Luego de la misma se desarrollará el panel con los testimonios sobre lo sucedido y explicación del proceso de canonización. Participarán Laura y Mariano, papás de Juan Manuel, el niño que se salvó por presunto milagro, el médico pediatra Víctor Quiroga y el padre Ezequiel Kseim, licenciado en derecho canónico, quien explicará el proceso de canonización.

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