Mons. Giménez espera que el Brasil pida perdón por crímenes de guerra

Mons. Giménez espera que el Brasil pida perdón por crímenes de guerra

El titular de la Conferencia Episcopal Paraguaya, Mons. Claudio Giménez, dijo que espera que alguna vez los brasileños pidan perdón por el genocidio ocurrido en la Batalla de Acosta Ñu, que se conmemora el 16 de agosto. Recordó la masacre de 3.000 niños y el robo de tesoros de la Virgen.

CAACUPÉ, Dpto. de Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional).Mons. Giménez pidió a las autoridades brasileñas que devuelvan los tesoros robados a la Virgen, entre ellos una corona de oro, durante la ocupación en el marco de la guerra que sostuvo el Paraguay contra la Triple Alianza (Argentina, Brasil y Uruguay), entre los años 1865 y 1870. El obispo expresó su deseo de que esos tesoros sean devueltos por las autoridades brasileñas algún día.

Durante la celebración litúrgica realizada ayer en la Basílica de Caacupé, Mons. Giménez, dijo que ojalá alguna vez los brasileños pidan perdón por el genocidio ocurrido en la Batalla de Acosta Ñu, donde murieron unos 3.000 niños, a manos de las tropas comandadas por el Conde de Eu. Subrayó que desde la matanza de inocentes en Belén y los alrededores, en tiempos de Cristo, nunca se dio cosa igual.

Al respecto, reiteró que ojalá los hermanos brasileros escuchen su reclamo y sepan pedir perdón, por haber asesinado a 3.000 niños. El obispo se refirió a este tema al recordar que el 16 de agosto se recuerda un aniversario más de la masacre de los niños héroes paraguayos.

Mons. Giménez mencionó además que el papa Francisco se habrá inspirado en la batalla de Piribebuy, ocurrida el 12 de agosto de 1869, para hablar sobre el heroísmo de la mujer paraguaya. Recordó que fue una batalla desesperante la de Piribebuy, en donde los cañones fueron cargados con piedras, vidrios y arena porque no había balas, las mujeres combatían junto a los hombres. Las que no tenían armas tiraban tierra a los ojos de los invasores, agregó.

Ese mismo día, 16 de agosto, las tropas brasileñas ocuparon esta ciudad, donde se robaron los tesoros de la Virgen. “¡Qué vergüenza, verdad!”, exclamó.

Entre los objetos robados se recuerda especialmente una corona de oro donada por Inocencia López de Barrios, hermana del Mariscal Francisco Solano López. En ese sentido, el obispo manifestó su deseo de que ojalá algún día las autoridades brasileñas devuelvan al menos esa corona, ya que, seguramente, todo el oro que se llevaron ya habrá desaparecido.

Minutos después de haber lanzado estas expresiones se produjo un parpadeo en el suministro de la energía eléctrica, por lo que el obispo en forma jocosa manifestó que ojalá eso no haya sido ya una reacción de los brasileños, haciendo alusión a que el parpadeo pudo haber venido de la central hidroeléctrica de Itaipú Binacional.

Piden no olvidar al Papa

El titular de la Conferencia Episcopal Paraguaya y obispo de Caacupé, monseñor Claudio Giménez, pidió ayer a la feligresía no olvidar al papa Francisco y especialmente a sus claros mensajes, durante la visita realizada a nuestro país del 10 al 12 de julio pasado.

Manifestó que espera que la visita del Pontífice no pase tan rápido, como un tren bala, sino que haya dejado en cada uno de nosotros un impacto positivo para que podamos aplicarlo.

En la homilía Mons. Giménez se refirió a la moda de las llamadas extorsivas que se han incrementado en estos últimos tiempos, causando preocupaciones a muchas familias.

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