Mons. García Cuerva abrazó la realidad de dolor de los presos del penal de Devoto

Mons. García Cuerva abrazó la realidad de dolor de los presos del penal de Devoto

En la continuidad de su recorrido pastoral, el arzobispo de Buenos Aires estuvo en Complejo Penitenciario Federal, donde dialogó con los internos sobre la esperanza y la libertad, y rezó en la capilla

El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, recorrió esta semana el Complejo Penitenciario Federal, del barrio porteño de Villa Devoto, donde compartió y acompañó a los internos, trabajadores y autoridades del lugar.

Allí, el arzobispo porteño destacó el trabajo que realiza la Pastoral Carcelaria a través de los sacerdotes y voluntarios.

Monseñor García Cuerva dijo que esta experiencia le trajo recuerdos de sus años como capellán de la cárcel cuando era sacerdote. “Cuando uno entra a estos lugares le pones cara al dolor. Es una realidad que nos duele a todos y nos tiene que interpelar”, expresó.

Al llegar a la penitenciaria presenció la recuperación de la libertad por parte de uno de los internos, quien se reencontró con sus familiares. Una vez adentro, saludó a las autoridades y recorrió un pabellón, donde los reclusos habían preparado una mesa llena de tortas, panes y budines, que compartieron con el mate.

La visita continuó en la capilla, donde el arzobispo se reunió con presos de diferentes pabellones, sobre todo con aquellos que están haciendo actividades pastorales. Finalizó la recorrida con una oración y bendijo a los presos y a los representantes de las diferentes áreas que trabajan dentro del Servicio Penitenciario.

Otro momento emotivo se vivió a la salida, donde monseñor García Cuerva se encontró con una persona que trabaja en el penal, que vestido de civil se acercó a saludarlo. El hoy arzobispo lo había bautizado en La Cava, San Isidro, y ambos se saludaron afectuosamente.

“Fuimos creados para ser felices y el mensaje que les quisimos transmitir a los hombres que están acá es que elijan el camino que Jesús nos propone. Para que nunca quieran volver a pasar por esta realidad tan dolorosa. Además, para que todos sepamos lo que significa la verdadera libertad”, concluyó.

En el santuario de San Expedito

Monseñor García Cuerva llegó caminando a la parroquia Nuestra Señora de Balvanera, santuario de San Expedito, donde este miércoles celebró misa a los peregrinos que, como cada 19 del mes, se acercan a venerar al santo de las causas justas y urgentes.

En un templo colmado de fieles, el nuevo arzobispo se refirió en su homilía a la necesidad de mantenernos jóvenes de corazón, como Ana y Simeón según relata el evangelio del día. “Esperanza y alegría creo que son dos dones que tenemos que tener en el corazón. Por más que pasen muchísimos años, seguiremos siendo eternamente jóvenes si seguimos con alegría, si seguimos con esperanza”, sostuvo.

En este sentido, el arzobispo recordó que tanto Ana como Simeón tenían la esperanza de ver a Jesús. “Tener esperanza es propio de los jóvenes”, sostuvo, y destacó: “Ana, después que se encontró con el niño Jesús, se lo contaba a todo el mundo porque tenía una gran alegría para compartir”.

“Pensar en san Expedito, es pensar en estas causas urgentes, en estas causas que parecen imposibles, y para Dios nada es imposible. Hoy, Ana y Simeón, dos personas muy mayores, quizá creían que ya estaba todo dicho, que nunca iban a conocer al niño Jesús. Sin embargo, las sorpresas de Dios hicieron que lo mejor estaba por venir y se encontraron con el niño. Entonces, no bajen los brazos, sigan adelante. La vida vale la pena ser vivida, ponerle mucho entusiasmo y pedirle al San Espíritu que los contenga y sostenga cada uno de ustedes”, cerró.

Monseñor García Cuerva, quien comenzó su ministerio pastoral el sábado 15 de julio, sigue recorriendo parroquias, comunidades y lugares de dolor para acompañar y cumplir con el objetivo de hacer “lugar para todos”.

Más información en www.encamino.org.ar y redes sociales.

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