El obispo de San Rafael presidió la misa central por la fiesta patronal de la diócesis y le rogó al arcángel "que lleve hasta el trono de Dios nuestras peticiones y alabanzas".
Cientos de fieles de la comunidad diocesana de San Rafael (Mendoza) celebraron, el martes 24 de octubre, a su santo patrono, en una jornada que comenzó con la procesión que partió de la Iglesia Nuestra Señora de Lourdes, co-patrona de la diócesis, donde estudiantes y autoridades de escuelas católicas de la diócesis acompañaron la imagen de San Rafael y de la Virgen, junto con gauchos integrantes de la “Cabalgata de la Fe”.
Los peregrinos, que fueron rezando el santo Rosario y entonando cantos en honor a esa advocación mariana, se dirigieron hacia la catedral escoltados por la banda de música de la Policía "Felipe Rodríguez Servín", que acompañó con sus acordes la llegada del santo patrono, en medio de la algarabía y aplausos de los fieles.
Una vez en el templo, el obispo, monseñor Carlos Domínguez OAR, presidió la Eucaristía junto con el clero, de la que participaron fieles provenientes de diversas comunidades parroquiales. También estuvieron presentes el intendente electo de San Rafael, Omar Félix, y el de Malargüe, Celso Jaque; el secretario de Gobierno, Nahuel Arscone; el presidente del Concejo Deliberante, Paulo Campi; y el comisario general Miguel Sánchez, jefe de la Policía distrital Sur de la provincia de Mendoza.
En la homilía, el prelado manifestó: “Un año más nos reunimos como Iglesia a agradecer la angélica protección de nuestro patrono, el arcángel San Rafael. A él queremos pedirle que lleve hasta el trono de Dios nuestras peticiones y alabanzas, nuestra acción de gracias y nuestras súplicas y que renueve su protección sobre nuestro pueblo, sobre nuestra ciudad y departamento, y sobre toda nuestra iglesia particular”.
“Nosotros creemos y proclamamos que San Rafael está junto a nosotros cada día, en cada circunstancia de nuestras vidas, aunque muchas veces no seamos conscientes de ellos y no nos demos cuenta”, agregó.
Y continuó: “Los sanrafaelinos contamos con un compañero de camino puesto por Dios, que nos infunde confianza y seguridad. Hoy acudimos a él para pedirle que no nos suelte de la mano y que interceda ante el trono de Dios por nosotro,s en nuestra fiesta diocesana. El día de hoy tiene una connotación particular”.
Invitación al Jubileo 2025, “año de reconciliación, conversión y solidaridad”
El obispo de San Rafael invitó también a la comunidad a preparar el jubileo del año 2025, “que será un año de reconciliación, conversión y solidaridad”, aseguró.
“En 2025 viviremos el año del jubileo y, desde hoy, comenzaremos una preparación profunda, como nos pide el Papa Francisco. El jubileo ha sido siempre un acontecimiento de gran importancia espiritual, eclesial y social en la vida de la Iglesia, y el pueblo de Dios siempre lo ha vivido en todas las ocasiones como un don de la gracia”.
“El jubileo es el año de la reconciliación, la conversión, la penitencia sacramental y, en consecuencia, de la solidaridad, de la esperanza, de la justicia, del compromiso de servir a Dios junto a los hermanos con gozo y paz. También está destinado a promover la santidad de vida, y, en efecto, ha sido constituido para consolidar la fe, propiciar las obras de caridad, la comunión fraterna en el seno de la Iglesia y en la sociedad, invitando y motivarndo a los creyentes a hacer una profesión de fe más sincera y coherente en Cristo, único salvador”.
El lema del jubileo de 2025 será “Peregrinos de la esperanza”, recordó monseñor Domínguez, quien señaló que el Papa Francisco “pidió que los dos años anteriores sean de preparación a este jubileo”.
El pontífice, subrayó, “quiso que este primer año estuviera dedicado al redescubrimiento de la doctrina del Concilio Vaticano II, y el segundo, que será el año que viene, a la oración”. “Por tanto, el resto que nos queda de este 2023 será un momento de crecimiento en la fe, que nos ayude a progresar en la misión de llevar el gozoso anuncio del Evangelio a todos en las cuatro constituciones del Concilio Vaticano II”, enfatizó.
En tanto, el obispo de San Rafael animó a “redescubrir el concilio para volver a dar la primacía a Dios y a lo esencial, a una Iglesia que esté loca de amor por Jesús y que ama a todos los hombres. Una Iglesia que sea libre y liberadora”.
Y finalizó: “Que San Rafael bendiga nuestra diócesis y nos acompañe en el camino”.
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