En su habitual columna semanal en televisión, el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, se refirió a las próximas elecciones nacionales y la actitud de los cristianos frente a los comicios presidenciales.
¨Hablamos de democracia en general, pero el procedimiento democrático del voto debe referirse a las instituciones de una República que deben ser respetadas, y en este campo hay mucho camino por recorrer todavía. Por empezar, que los protagonistas prescindan de las avivadas criollas y no hagan trampas. Y protagonistas somos todos”, aseveró.
El sábado 17 de octubre, en su habitual comentario sobre la actualidad efectuado en el programa Claves para un Mundo Mejor por el canal 9 de TV, el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, se refirió a las próximas elecciones nacionales y la actitud de los cristianos frente a ellas recordando aspectos de la Declaración de la Conferencia Episcopal Argentina que son “cosas fundamentales” que “no deberían ser necesariamente recordadas sino que deberían darse como algo espontáneo o natural”.
El prelado comenzó diciendo que esta vez hablaba “a pocos días de las elecciones”, aclarando que se trata de una elección nacional y que este año “lo hemos pasado votando”, y agregó: “Hay algo aquí que me parece que no funciona bien, porque si no recuerdo mal, cuando yo era chico o joven las elecciones eran todas juntas en un mismo día pero ahora hemos tenido todo un año de elección, es decir todo el año de campaña, lo que quiere decir que en todo el año no nos ocupamos de otra cosa”.
“Hoy quiero comentarles lo que la Conferencia Episcopal Argentina, a través de su Comisión Ejecutiva, ha declarado hace unos pocos días sobre este tema, porque hace referencia precisamente a lo que recién les indicaba y al clima de esta campaña electoral. Los obispos hablan de “un clima de agravios, sospechas y denuncias que debilitan la credibilidad de personas e instituciones”. Piensen ustedes en las elecciones recientes en algunas provincias”.
“La Democracia -afirma la Comisión Ejecutiva-, puede ponerse en riesgo por la existencia de prácticas que socavan su legitimidad”. Y esto es cierto. Es verdad que, a lo mejor, estas palabras llegan un poco tarde pero siempre nos sirven como advertencia para otra vez. También los obispos le recuerdan “al Estado, en sus diversos poderes, que les corresponde crear las condiciones objetivas que aseguren un desarrollo transparente dando garantías al acto eleccionario”. No hace falta que yo haga ningún comentario sobre esto, porque todos sabemos qué es lo que pasa, qué cosas se han denunciado y demás”.
“Al Estado le corresponde dar garantías. Eso ocurre en toda República seria y en una República no seria eso no ocurre, y eso es un corte de manga, por decirlo vulgarmente, hecho a la Democracia. Aunque se hable mucho de Democracia esas cosas ocurren en una Democracia amañada”.
“También los obispos piden a los candidatos y a los partidos políticos ‘que presenten con claridad sus plataformas, propuestas e ideas’. Otras veces hemos hablado ya de esto porque uno ve, sin hacer comentarios sobre el debate reciente, que se habla de generalidades pero no se dice cómo se van a realizar esas generalidades y entonces el votante ¿qué decisión puede tomar? Cosas lindas dicen todos, pero para saber cuál es más linda yo tengo que saber que esta persona tiene tales y cuales instrumentos y que va a tomar tales y cuales medidas. Me parece que este es un punto también importante que tendríamos que reservar ya como reclamo para una subsiguiente elección”.
“Luego el texto episcopal vuelve a hablar de los ‘signos de violencia e intolerancia’ que se han dado en la campaña y que, pide aquí el Episcopado, ‘no ensombrezcan el acto eleccionario’.
“Como ven -concluyó el arzobispo platense- son cosas fundamentales que no deberían ser necesariamente recordadas sino que deberían darse como algo espontáneo o natural. ¡Cuánto falta, cuánto falta, para que la sociedad argentina se haga cargo de que nuestro país es una República! Hablamos de democracia en general, pero el procedimiento democrático del voto debe referirse a las instituciones de una República que deben ser respetadas, y en este campo hay mucho camino por recorrer todavía. Por empezar, que los protagonistas prescindan de las avivadas criollas y no hagan trampas. Y protagonistas somos todos”.+
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