La misa en latín volvió a celebrarse en un altar relevante de la basílica de San Pedro

La misa en latín volvió a celebrarse en un altar relevante de la basílica de San Pedro

Estaba relegada a una capilla. Fue en el Altar de la Cátedra, el segundo en importancia y presidida por el cardenal Burke en el marco de la peregrinación por el Jubileo de un grupo tradicionalista. Francisco había limitado su celebración en todo el mundo.

La misa con el antiguo rito tridentino regresó este sábado a la basílica de San Pedro del Vaticano, permitida por el papa León XIV y tras las limitaciones impuestas por Francisco que irritaron a los más tradicionalistas.

La eucaristía fue organizada con motivo de la peregrinación a Roma por el Jubileo del grupo tradicionalista 'Popolo Summorum Pontificum', que reúne a religiosos y fieles de todo el mundo partidarios de 'usus antiquior', el rito tradicional de la misa.

Su celebración ha tenido lugar por la tarde en el Altar de la Cátedra de la basílica de San Pedro, el segundo en 'importancia' dentro de este templo, situado en su ábside.

Esta cuestión ha dividido a la iglesia en los últimos tiempos entre quienes defendían la liturgia surgida del Concilio Vaticano II en 1965, adaptada a su tiempo y en lengua vernácula, y los que se decantan por el tradicional misal tridentino, en latín.

En 2007 Benedicto XVI puso orden declarando como rito "ordinario", común, la liturgia promulgada por Pablo VI tras el Concilio mientras que la tradicional en latín debía ser considerado "extraordinaria".

Sin embargo en 2021, Francisco limitó la misa tridentina con la carta 'Traditionis custodes' para homogeneizar las eucaristías y evitar cismas en el mundo católico, aunque permitiéndola en algunos casos autorizados por un obispo.

Esto soliviantó enormemente a las facciones más tradicionalistas de la iglesia y en las inmediaciones del Vaticano llegaron incluso a aparecer incluso carteles que protestaban por esa decisión.

No obstante, las misas tridentinas -en latín y de espaldas a los fieles- se han seguido celebrando de forma muy puntual, mientras que desde el 2022 en la basílica de San Pedro quedaba relegada a una pequeña capilla, no en uno de sus grandes altares.

Este sábado volvió al templo vaticano y fue presidida por el cardenal estadounidense Raymon Leo Burke, cabeza de los más tradicionalistas y feroz crítico en vida de Francisco.

Su sucesor, León XIV, recibió a este purpurado en una audiencia privada el pasado 22 de agosto y un mes antes le envió una carta para felicitarle por sus cincuenta años de sacerdocio.

El programa de la peregrinación a Roma del grupo tradicionalista 'Popolo Summorum Pontificum' empezó el viernes con unas vísperas en la basílica de San Lorenzo in Lucina presidida por el cardenal Matteo Zuppi, del ala reformista y próximo colaborador de Francisco.

Tras la misa, Zuppi, ataviado con las vistosas casullas y capas propias de este viejo rito, estrechó las manos del cardenal Burke, lo que ha sido visto como una señal de acercamiento entre partes.

El nuevo papa ya había abordado la división que había suscitado la cuestión de la misa tridentina en su primera entrevista, concedida por la publicación del libro 'León XIV: ciudadano del mundo, misionero del siglo XXI' de la periodista Elise Ann Allen.

A su parecer, estos rifirrafes litúrgicos son "un problema" porque algunos han usado la misa tridentina como un "instrumento político".

El coordinador del grupo tradicionalista que ha conseguido volver al altar de San Pedro, Christian Marquant, ha agradecido al papa León por este reconocimiento a sus "santas costumbres espirituales y litúrgicas", en un comunicado en el portal de su organización.

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