La parroquia Asunción de María, unida a la historia de la localidad, posee sin duda una de las iglesias más antiguas del país, perteneciente a las misiones jesuíticas de Acaraguá y Mbororé.
La Ciudad de La Cruz, en la provincia de Corrientes, conmemoró este 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen, los 375 años de la fundación de la parroquia Asunción de María.
La celebración contó con la presencia del obispo de Santo Tomé, monseñor Gustavo Montini; el párroco, Aníbal Ciarrochi; el intendente municipal de La Cruz, Carlos Fagundez; la viceintendente, Priscila Toledo, y María Angélica Amable, autora del libro "La Reducción de Nuestra Señora de la Asunción. Hoy, La Cruz".
La historiadora Amable ofreció además una disertación, destacando la historia de La Cruz, la reducción jesuítico-guaraní y la formación de la parroquia. En su momento, contó, quien fuese el párroco, el padre Javier Sánchez, fue quien la alentó a respaldar su obra de investigación con actas y pruebas científicas.
Por su parte, monseñor Montini, presente en el acto, hizo referencia al valor de la celebración y profundizó sobre el significado de la Iglesia y su concreción en la parroquia, e hizo referencia finalmente al legado cultural humano y espiritual que dejaron los padres jesuitas, herencia recibida y heredada, que se debe dejar a su vez para los que vengan después.
Los actos conmemorativos –que se extendieron durante todo el día bajo el lema “Celebrar la fe”- y el libro de la profesora Amable fueron declarados de interés municipal por el Consejo Municipal de La Cruz.
Por la tarde las celebraciones continuaron con el rezo de un rosario especial por la Patria. Y, luego, los feligreses participaron de la misa, presidida por el párroco, en la que se procedió a la solemne consagración del pueblo de La Cruz a la Patrona de la localidad, Nuestra Señora de la Asunción.
El padre Ciarrochi, dirigiéndose a la imagen de la Virgen, Nuestra Señora de la Asunción, de las heroicas misiones jesuíticas de Acaraguá y Mbororé, expresó: “Los ciudadanos de La Cruz, descendientes y depositarios de genuina y ancestral estirpe guaraní, en este lugar de gracia, convocados por tu amor, queremos consagrarnos a tu corazón materno, para cumplir fielmente la voluntad del Padre".
Y añadió: "Madre amabilísima, tú conoces a cada habitante de esta ciudad, con sus nombres y con su historia, y quieres a todos con amor de Madre, que fluye del mismo corazón de Dios amor. Te confío a todos y los consagro a ti, Madre Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra".
Para finalizar, el sacerdote pidió: "Bajo tu manto protector, ampara a los hijos de esta tierra y protege a la familia de La Cruz, para dar a este pueblo paz constante y prosperidad completa".
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