El domingo 18 de mayo, el Papa León XIV celebró su primera misa oficial en la Plaza de San Pedro, a la que asistieron algunas de las figuras más poderosas del mundo, incluyendo al vicepresidente de EE. UU., JD Vance, al presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, y a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Al día siguiente, se reunió con líderes de otras religiones principales, incluyendo el islam, judaísmo, hinduismo y budismo.

Comienzo prometedor para un nuevo papado

El Imam Yahya Pallavicini, vicepresidente de Coreis, una de las principales asociaciones que representan a la comunidad islámica en Italia, asistió a ambos eventos. Describió un comienzo prometedor para un nuevo papado en el que el diálogo interreligioso y la promoción de resoluciones pacíficas para los conflictos globales son prioridades urgentes.

«Fue un momento muy importante que creo tendrá implicaciones en nuestras responsabilidades en el mundo», dijo Pallavicini.

La elección de Robert Prevost —cardenal durante solo dos años antes de su elección— como el primer papa estadounidense, apenas meses después de la inauguración del presidente de EE. UU., Donald Trump, para su segundo mandato, ha sido considerada significativa. Cuando aún era cardenal, Prevost parecía haber compartido mensajes en redes sociales críticos con Trump y Vance en varios temas, incluyendo la inmigración.

Pallavicini subrayó que, aunque el papa es ante todo una autoridad religiosa, también puede ofrecer una bienvenida alternativa a la administración de Trump en sus valores: «uno puede ser estadounidense y, sin embargo, estar muy lejos de lo que parece ser la personalidad de Trump».

El nuevo papa podría ejercer una influencia moderadora sobre la administración estadounidense

El Imam Benjamin Idriz, presidente del Foro de Múnich para el Islam, fue aún más allá, expresando la esperanza de que el nuevo papa pueda ejercer una influencia moderadora sobre la administración estadounidense. «[León] es un papa estadounidense y tiene cierta autoridad con Trump que hará que Trump sea más cauteloso en el futuro», dijo. «También podría ser una especie de estadounidense que defienda las perspectivas europeas, lo que lo convertiría en un contrapunto [a Trump]».

Unos días después de su inauguración, el Papa León hizo un llamamiento para un alto el fuego inmediato en Gaza y para que entre ayuda humanitaria en el enclave palestino sitiado, en una señal de que planea continuar los esfuerzos de alto perfil de su predecesor, el Papa Francisco, para lograr la paz en Israel y Palestina.

El Papa León podría tener éxito como mediador

Mariam Isabel Romero, presidenta de la Junta Islámica de España y fundadora de su Instituto Halal, sugirió que el Papa León podría tener éxito como mediador en una solución al conflicto donde otros actores políticos e institucionales han fracasado. «La UE debería hacer más. La Organización de Cooperación Islámica también debería hacer más. Esto tiene que parar, esto no puede seguir así», dijo Romero. «Necesitamos sentarnos, necesitamos negociar».

Otros expresaron su esperanza de que el Vaticano pueda ofrecer su apoyo en la promoción de la integración y la defensa de los derechos de los musulmanes europeos, cada vez más amenazados por el auge de la derecha política.

«Los partidos populistas de derecha están en aumento en varios países. Y así, las minorías sufren, y entre las minorías, los musulmanes también se ven muy afectados por el racismo y la islamofobia. Espero que el Papa alce su voz contra el racismo anti-musulmán y la islamofobia», dijo Idriz, que también sugirió que una señal simbólica de compromiso en este sentido sería que León XIV fuera el primer papa en visitar una mezquita en Europa. «Sería una seña fuerte hacia la coexistencia de musulmanes y cristianos en Europa», dijo.