“Laudato si’”; empresas y gobiernos frente al desafío del desarrollo sostenible

“Laudato si’”; empresas y gobiernos frente al desafío del desarrollo sostenible

Un encuentro en el Vaticano sobre el medio ambiente y el desarrollo. Monseñor Paglia: «Hombres y mujeres juntos tienen la tarea de que la Creación sea habitable para todos». El ministro italiano Galletti: «seguiremos adelante con los acuerdos de París incluso sin los Estados Unidos»

Por FRANCESCO PELOSO

 

El conocimiento compartido a través de las redes, las grandes bases de datos como instrumentos no de homologación sino de exploración del presente y del futuro, políticas ambientales, la movilidad “verde”, los acuerdos de París: estos y muchos otros temas fueron protagonistas de una jornada de estudios y reflexión que se llevó a cabo a dos pasos del Vaticano, en el instituto patrístico Augustinianum: «“Laudato si’”: la sostenibilidad entre la comunicación y la innovación». La iniciativa, patrocinada por la Secretaría para la Comunicación del Vaticano, nació gracias al impulso de dos grandes empresas internacionales (Opel y Enel), comprometidas en la creación de tecnologías “verdes” compatibles con una idea de desarrollo que tenga en cuenta la variable ambiental humana, es decir tanto de los ecosistemas como de la ecología integral que identificó Papa Francisco en la relación que existe entre el desarrollo, la defensa de la Creación, la variedad de las culturas y de las tradiciones. 

 

En particular, dialogaron en el evento, moderado por el director del periódico italiano “Corriere della Sera”, Luciano Fontana, representantes de grupos industriales, investigadores, científicos, políticos y asociaciones ambientalistas que trataron de describir las diferentes opciones posibles para crear un modelo de sostenibilidad lo más amplio posible. Es más, según se constató durante las discusiones, la sostenibilidad es una forma imprescindible de la economía, pues ya no se trata solo de una cuestión que puede reducirse al “ámbito verde”. Las conclusiones las pronunció monseñor Vincenzo Paglia, presidente de la Pontificia Academia para la Vida, que se preguntó: «¿Por qué el Papa Francisco decidió hacer una encíclica, puesto que ya Juan Pablo II y Benedicto XVI se habían ocupado de estos temas?». «Porque –fue su respuesta–, por primera vez en la historia, después de millones de años, el hombre tiene la posibilidad de destruir todo el planeta: lo había intentado con la energía nuclear, y hoy con el desastre ecológico podemos destruir la vida de todos». Y no solo: «La “Laudato si’” –dijo Paglia– nos recuerda que la tarea del hombre y de la mujer juntos, y no de la técnica, es lograr que la Creación sea habitable, no para sí, sino para todos: el planeta debe ser habitable, no para algunos, sino para todos». 

 

En general el encuentro demostró, una vez más, que la encíclica del Papa Francisco afronta temas particularmente sensibles y cruciales para el futuro de la humanidad, tanto en relación con el mundo de la ciencia como con el mundo de empresarial y tecnológico, con importantes consecuencias políticas. La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, saludó a todos los participantes y habló sobre la próxima creación de un “energy manager” para la capital italiana, además de la importancia de las energías renovables. Al final pidió a los participantes que se dedicaran con compromiso serio en la búsqueda de soluciones «por el porvenir de nuestros hijos». 

 

Monseñor Dario Viganò, encargado de la Secretaría vaticana para las comunicaciones, insistió en que el proceso de reorganización de los medios de comunicación vaticanos, toda la actualización del sistema informático y «la reestructuración tecnológica» en curso se están llevando a cabo según la lógica del «bajo impacto ambiental», y recordó que se trata, por lo demás, de un proceso en línea con el que está llevando el Vaticano para convertirse en un Estado de “cero emisiones”. Viganò también explicó que es posible encontrar una amplia convergencia sobre estos temas entre las personas de diferentes países, religiones y culturas. 

 

Entre los participantes estuvieron diferentes exponentes del mundo de la política italiana: el ministro del ambiente Gian Luca Galletti, el vicepresidente de la Cámara de diputados, Luigi Di Maio (del partido “Cinquestelle”), la diputada del Partido Democrático Stella Bianchi, miembro de la comisión para el ambiente y de la comisión de investigación sobre actividades ilegales relacionadas con el reciclaje de deshechos. El ministro precisó que, frente a la postura expuesta por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, bastante fría en relación con los acuerdos de París, «para nosotros, para Italia y Europa, no cambia nada con respecto a los compromisos que hemos asumido sobre la defensa de la Creación; la economía que hemos diseñado en París será la del futuro». «La postura de Estados Unidos no nos preocupa demasiado –añadió–; de hecho, será la economía estadounidense la que no seguirá a Trump. Las empresas crean políticas de sostenibilidad porque este se ha convertido en un presupuesto de competitividad».  

 

Otro de los discursos importantes fue el de Ernesto Ciorra, director de innovación y sostenibilidad de la empresa italiana Enel, quien recordó que los nuevos modelos de desarrollo deben nacer dialogando con socios diferentes (industrias, universidades, investigadores) y con las comunidades locales; de estas sinergías nacen nuevas ideas, en las que ya no está solo una empresa, una multinacional, que impone el propio punto de vista (incluido el punto de vista “verde”), sino un intercambio de experiencias, de estudios, de visiones que constituyen el motor de la innovación y producen proyectos originales, fuera de los esquemas. También participó Carlo Ratti, del MIT (Massachusetts Institute of Technology), quien ilustró algunos aspectos de la cuestión hablando particularmente sobre las «redes»; incluso las especies vivas, explicó, forman una red, y las redes tecnológicas son, en cambio, las que están cambiando nuestras sociedades. En particular, indicó que el uso de las grandes bancas de datos aplicadas al reciclaje de deshechos, a la movilidad, a la innovación tecnológica, podría cambiar la estructura de nuestras ciudades y de nuestras costumbres. Al final también ofreció la tecnología creada por el MIT en el campo de las redes telemáticas para hacer que la encíclica “Laudato si’” llegue a todos los rincones del planeta. 

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