Junto a su equipo, el rabino está "limpiando las piedras del Muro de los Lamentos, recogiendo las notas de judios y no judios de Israel y del extranjero que fueron dejadas en los últimos seis meses en las grietas de la pared", luego de la última limpieza realizada para Rosh Hashaná (Año nuevo judío). 

"Estamos hablando de cientos de miles de notas, millones, que como se puede ver se garantiza que nadie puede abrir estas notas. Recogeremos en bolsas y luego vamos a enterrarlas, si Dios quiere, en el Monte de los Olivos", dijo Rabinowitz. El equipo de Rabinowitz utiliza palos y escobas para extraer las notas de las grietas y hendiduras en la pared, dejando espacio para los próximos seis meses en los que las personas dejan su mensaje personalmente o incluso las hace llegar por fax o por correo electrónico o tradicional.  

Ellos respetan la privacidad de los escritores y nunca leen las notas durante la operación que llevan a cabo dos veces al año: antes de la fiesta de Pésaj, y en el Año Nuevo judío.  Según la tradición judía, el Muro de los Lamentos es un muro de contención a la izquierda del Segundo Templo, que fue construido para sostener el Monte del Templo y permitir la expansión del Segundo Templo en los días de Herodes.