El presidente de Senegal, Macky Sall, condenó ayer las agresiones de grupos extremistas de confesión islámica y recordó que esa religión prohíbe la violencia y promueve la paz.
Al inaugurar en esta capital la Conferencia Internacional sobre Islam y Paz, a la que asisten 500 especialistas de una veintena de países para analizar cómo finalizar el integrismo de cariz musulmán, Sall criticó severamente las operaciones de grupos armados como Boko Haram y Ansar Dine, que actúan en África occidental.
Asimismo, el presidente senegalés se quejó del daño material e ideológico que esos actos causan a una religión de paz, informó Prensa Latina.
"Aquellos que infunden la violencia, con actuaciones insensatas, traicionan al que pretenden servir, pues la religión islámica prohíbe la violencia y exalta la paz", declaró el mandatario.
"El peligro está en nuestras puertas", alertó y precisó que se debe optar por una actitud firme para enfrentar el problema, y acotó que "no hay diálogo posible con unos terroristas que trafican con droga y secuestran a personas, prácticas prohibidas por el Islam".
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