Las intrigas vaticanas marcan el rumbo de la Iglesia

Las intrigas vaticanas marcan el rumbo de la Iglesia

Las internas condicionaron al catolicismo y precipitaron la renuncia de un papa; el escándalo de los abusos sexuales, un desafío persistente

 

Veinte años, tres papasLos primeros años del nuevo milenio fueron críticos para la Iglesia católica. A pesar de las tres gestiones distintas de Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora, Francisco, la primera veintena estuvo atravesada por escándalos sexuales y de pederastia, e inimaginables intrigas vaticanas.

Veinte años marcados por fe y emociones inolvidables, pero también por vértigo e intrigas. Veinte años con tres papas –Juan Pablo II, un gigante venido de Polonia (1978-2005); Benedicto XVI, el primero que renuncia al trono de Pedro en 600 años (2005-2013), y Francisco, el primer papa llegado del sur del mundo. Veinte años opacados por el escándalo de abusos sexuales en el clero, internas palaciegas, traiciones y venenos en los sacros palacios que superaron cualquier ficción y una guerra al rojo vivo entre reformistas y conservadores.

Fueron dos décadas intensas y cruciales para la Iglesia del siglo XXI, que comenzaron con la celebración del Jubileo del año 2000. San Juan Pablo II ya estaba visiblemente enfermo, pero determinado a seguir adelante, mostrando gran valentía. ¿Cómo no recordar la vigilia de oración que presidió ante dos millones de jóvenes en Tor Vergata, cuando, pese a los temblores del Parkinson, levantó los brazos intentando hacer la ola e imitarlos en su danza?

Siempre en el año 2000, al comenzar la Cuaresma el papa polaco hizo historia al pronunciar un inédito pedido de perdón por las culpas de los “hijos de la Iglesia”, sorteando resistencias de los sectores más conservadores y admitiendo por primera vez ante el mundo las violencias, discriminaciones e injusticias cometidas en nombre de la institución bimilenaria.

La muerte, el 2 de abril de 2005, de Juan Pablo II, el primer papa no italiano en 400 años, también marcó a la Iglesia. Cientos de miles de personas de luto invadieron –y colapsaron– entonces Roma para despedir, conmovidos, a ese papa gigante, viajero, que había derrumbado el comunismo.

En una señal de continuidad, lo sucedió el 16 de abril su brazo derecho y guardián de la ortodoxia católica, el cardenal alemán, Joseph Ratzinger, en un cónclave veloz, donde el segundo más votado resultó ser el desconocido cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires. Cuando Ratzinger, un reconocido teólogo, de 78 años, que eligió llamarse Benedicto XVI, apareció en el balcón central de la Basílica de San Pedro, pocos se imaginaron que, siete años y algunos meses más tarde, conmovería al mundo anunciando su renuncia.

El hoy papa emérito no tuvo un pontificado fácil. Comenzó con el pie izquierdo al pronunciar en Ratisbona un discurso magistral que ofendió al mundo musulmán. El levantamiento de la excomunión de unos obispos lefebvrianos ultraconservadores, entre ellos un negacionista, también produjo una crisis importante. Aunque lo peor fue el estallido del escándalo de abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes en Alemania, un tema que en 2010 la revista Time definió “la pesadilla de Benedicto”. El escándalo Vatileaks por filtración de documentos reservados, el arresto de su mayordomo, las internas de una curia romana que algunos pensaban que lograría depurar, pero que lo abrumaron, lo llevaron finalmente a decidir renunciar al trono de Pedro, algo que no sucedía desde la Edad Media.

Después de esa renuncia que sacudió a la Iglesia, la sorpresa fue la elección de Jorge Bergoglio, un outsider que significó una revolución para el Vaticano. Francisco, el primer pontífice latinoamericano y jesuita, impuso un nuevo modo de ser papa desde que se presentó al mundo con un “buonasera” la noche del 13 de marzo de 2013.

“Habemus papam”, el histórico anuncio del cardenal Tauran sobre la elección de Bergoglio y el saludo de Francisco desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.

Marcó su pontificado con la cercanía y una atención especial al “grito de los pobres y el clamor de la Tierra”. A nivel geopolítico, logró un acercamiento impensable entre Cuba y Estados Unidos, tuvo un encuentro histórico con el Patriarca Ortodoxo de Moscú y logró la firma de un antes impensable acuerdo para la designación de obispos con China. En busca de la descentralización, comenzó una reforma de la curia aún no terminada y de limpieza de las finanzas poco transparentes. Como le sucedió a Ratzinger, enfrenta un desafío que adquiere diferentes formas todo el tiempo, el de los abusos sexuales. Sus críticas al sistema económico actual “que mata” y excluye a demasiada gente, al negocio de los armamentos y a la globalización de la indiferencia ante el drama de los migrantes, lo convirtieron en una autoridad moral mundial. Pero le hicieron cosechar muchos enemigos entre los sectores más conservadores, que también rechazan sus aperturas pastorales a divorciados vueltos a casar y homosexuales. Y que, amparados por grupos empresariales estadounidenses con mucho poder mediático, lo atacan para debilitarlo. Preparan su sucesión, pero Francisco ya ha elegido a más de la mitad de los cardenales que deberán elegir al próximo papa.

La llegada del papa jovenJuan Pablo II, que marcaría récords de duración y por el número de viajes, fue también el primer papa en haber sido antes actor y obrero, el primero en llegar de un país comunista, el primero en asistir a un concierto de rock o entrar en una mezquita.La caída del comunismoA esta poderosa dupla (Juan Pablo II y Ronald Reagan) los unía tres cosas: la fe, sus experiencias cercanas a la muerte y la lucha contra el comunismo. Juntos formaron un equipo para poner el fin de la distensión en nombre de un mundo libre y democrático.Un adiós multitudinarioEl deterioro físico de Karol Wojtyła progresó hasta su muerte el 2 de abril de 2005. Su funeral fue el más populoso en la historia de un papa; asistieron 75 jefes de Estado. Fue canonizado nueve años después.Ratzinger, el papa intelectualLa elección de Benedicto XVI generó de inmediato algunas críticas centradas en su supuesto perfil neoconservador. Sin embargo, nadie podía discutir que el cardenal alemán llegaba a San Pedro con un bagaje teológico único.El traspié en RatisbonaUna desafortunada cita en su discurso en Ratisbona en 2006, que vinculaba al Islam con la violencia, despertó una avalancha de protestas en el mundo musulmán, generando tensión entre las dos religiones.Pedidos de renuncia y VatileaksEn 2009, un sacerdote suizo pidió su dimisión por los supuestos obstáculos que impuso en el diálogo interreligioso. Además, su pontificio fue manchado por el escándalo que demostró la corrupción y protección de pederastas del Vaticano en 2012.“Habemus Papa”, argentinoTras la renuncia en 2013 de Ratzinger al solio pontificio –la primera en casi 600 años– y cinco votaciones, la fumata blanca salió de la Capilla Sixtina para anunciar el próximo papa: Jorge Bergoglio, quien tomó el nombre de Francisco.“El papa de la gente”Así lo bautizó la revista Time durante su viaje a Brasil en 2013 para la Jornada Mundial de la Juventud, la segunda más grande luego de la realizada en Manila en 1995Papa contra papaPareciera que la convivencia de dos papas a la vez no es asunto sencillo. Benedicto XVI criticó este año la estrategia de Francisco contra la pedofilia y desató una crisis en la Iglesia.

 

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