Histórico: el Papa abolió el secreto pontificio en los casos de abusos

Histórico: el Papa abolió el secreto pontificio en los casos de abusos

El "secreto pontificio" se refiere a la confidencialidad en el manejo judicial de los casos de abusos sexuales por parte de sacerdotes y otros delitos graves de este tipo

El Papa celebró hoy su 83 cumpleaños haciendo historia: en un cambio revolucionario, desde hace tiempo reclamado por sobrevivientes de abusos, a través de una nueva ley abolió el secreto pontificio que hasta ahora existió para casos de delitos sexuales cometidos por sacerdotes. Además, con otra ley, amplió la definición de pornografía infantil para que cubra a víctimas de hasta 18 años; y permitió por primera vez que laicos puedan defender en tribunales de la Iglesia a personas involucradas en delitos sexuales sin tener que pedir autorización. Antes, solo sacerdotes podían hacerlo.

El Vaticano difundió estas dos nuevas normas como "rescriptum ex audientia", un término técnico en latín que indica que el Santo Padre toma una decisión que se convierte en ley en una audiencia con uno de sus máximos colaboradores.

El Papa decidió eliminar el secreto pontificio, en una ley de 5 artículos titulada "Instrucción sobre la reserva de las causas", pese a una gran oposición de la curia, según pudo saber LA NACION. "El Santo Padre ha dispuesto que este tenga firme y estable vigor, pese a cualquier cosa contraria aún digna de especial mención, que sea promulgadada a través de su publicación en L'Osservatore Romano, entrando en vigor inmediatamente y por lo tanto publicado en el comentario oficial de las Acta Apostolicae Sedis", puede leerse en su introducción, firmada por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado.

El "secreto pontificio" es algo distinto del "secreto de confesión", que sigue siendo absoluto e inviolable. El "secreto pontificio" eliminado por Francisco se refiere a la confidencialidad en el manejo judicial de los casos de abusos sexuales por parte de sacerdotes y otros delitos graves de este tipo, normalmente manejado en el Vaticano en la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) y también en las Iglesas locales. Hasta ahora el "secreto pontificio" en estos casos había representado un problema enorme para los abogados de las víctimas de abusos que, bajo ese paraguas, no podían tener acceso a información.

Más allá de la eliminación de lo que representaba un verdadero escollo, seguirá existiendo el "secreto pontificio", es decir, la más alta confidencialidad y reserva, como si se tratara de un secreto de Estado, en muchas otras áreas, como por ejemplo en todo lo que tiene que ver en la designación de cardenales y obispos, según explicarona a LA NACION.

El arzobispo maltés Charles Scicluna, el máximo experto de pedofilia del Vaticano, secretario adjunto de la CDF y prelado famoso por haber viajado a Chile en misión especial y por haber investigado a los Legionarios de Cristo en México, dijo a LA NACION que la abolición del secreto pontifico en el tema abusos representa "un cambio de gran trascendencia para que haya transparencia" en la respuesta de la Iglesia católica a los abusos. Además, destacó que se trata de otro gran "fruto" de la cumbre sin precedente que hubo en febrero pasado en el Vaticano para tratar este escándalo, que dañó como nunca la credibilidad de la Iglesia, que después de décadas de silencio e inacción, evidentemente ahora está reaccionando.

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La cumbre, de hecho, también dio lugar al Motu Proprio "Vos estis lux mundi" (Vosotros sois la luz del mundo), firmado por el Papa en mayo pasado, una ley que por primera vez impuso a sacerdotes, religiosos y religiosas la obligación de denunciar no sólo los casos de abuso sexual, sino también de acoso y encubrimiento que conocen, presentes y antiguos. En un conjunto de nuevas normas y procedimientos, también obligó a celeridad en las investigaciones y dispuso que todas las diócesis del mundo elaboren en un año un sistema facilmente accesible al público para recibir informes de abusos, acosos u sospechas de los mismos.

Obligación de colaborar con autoridades civiles

"La nueva legislación no sólo tiene que ver con el secreto pontificio, sino que, además, dice por primera vez que en una ley de la Iglesia hay una obligación moral, en línea con Vos estis lux mundi, de colaborar con las autoridades civiles", dijo a LA NACION Scicluna.

"Esto significa que las denuncias, los testimonios y los documentos procesales relativos a casos de abusos conservados en los archivos de los dicasterios vaticanos, así como los que también se encuentran en los archivos de las diócesis y que hasta ahora estaban bajo secreto pontificio, podrán ser entregados a magistrados e investigadores de los respectivos países que los soliciten", explicó el director editorial de los Medios Vaticanos, Andrea Tornielli. "Se trata de una señal de apertura, de disponibilidad, de transparencia, de colaboración con las autoridades civiles", agregó.

En el caso de los dicasterios vaticanos, el pedido deberá ser realizado a través de una rogatoria internacional, normal en el ámbito de las relaciones entre los Estados, precisó Tornielli. En cambio, habrá un procedimiento distinto en el casos de documentos conservados en curias diocesanas: los magistrados que indagan de los respectivos países presentarán el pedido directamente al obispo.

Tornielli también dejó en claro que la nueva ley no repercute o cambia de algún modo el sigilo sacramental o "secreto de confesión", que no tiene nada que ver con el secreto pontificio sobre actas y testimonios. "Tampoco significa que los documentos de los procesos deban volverse de dominio público y sean destinados a la divulgación", indicó. "La reserva para las víctimas y para los testimonios siempre deberá ser tutelada. Pero ahora la documentación deberá ser puesta a disposición de las autoridades civiles para las investigaciones que tienen que ver con casos bajo proceso canónico", agregó, dejando en claro un cambio de 180 grados para la Iglesia católica.

Marie Collins, sobreviviente de abusos irlandesa que fue parte de la Comisión de Protección de Menores puesta en marcha por el Papa en 2014 y años más tarde la abandonó de un portazo porque no avanzaba, reaccionó muy positivamente. "Excelente noticia", exultó, en un tuit, en el que recordó que la eliminación del secreto pontificio había sido propuesta por la comisión, en su momento. "Muy bueno ver que se implementa. Finalmente, un cambio real y positivo".

Por: Elisabetta Piqué

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