A 213 años de la creación de los primeros cuerpos militares nacionales, Mons. Olivera, obispo castrense, reflexionó sobre esa fuerza, nacida junto a nuestra Patria el 29 de mayo de 1810.
A 213 años de la creación de nuestros primeros cuerpos militares, que surgieron luego de la conformación del primer gobierno patrio ante la necesidad de contar con una fuerza organizada para defender la integridad territorial, el obispo castrense de la Argentina, monseñor Santiago Olivera, reflexionó sobre el Ejército Argentino, nacido junto a nuestra Patria el 29 de mayo de 1810.
En su mensaje, publicado originalmente en el medio Mdzol, el prelado destacó que, “en los avatares de nuestra historia, el Ejército ha tenido participación activa en muchos hechos puntuales; y ha sabido responder- fiel a su misión- con valentía y entrega en favor de cuidar nuestra soberanía, los recursos naturales y el bien de los damnificados ante alguna catástrofe”.
A la vez, condenó la fuerte corriente mediática e ideológica de un sector de la sociedad, que ha buscado el desprestigio de nuestro Ejército, lamentando que los hombres y mujeres que hoy conforman esa fuerza de algún modo “paguen” por los “pecados” de otro tiempo.
“No es deseo de nadie negar la historia”, señaló el obispo, indicando que sin embargo “dar vuelta la página” demanda una mirada real y actual: “Esos hombres, que desvirtuaron el rumbo de la misión de esta fuerza, no son los hombres y mujeres de ahora”.
Monseñor Olivera también defendió que “los que lo integran hoy, viven con pasión y entrega la misión propia del Ejército”, citando a modo de ejemplo toda la labor realizada en torno a la pandemia: “Fueron ellos, hombres y mujeres del Ejército, quienes se pusieron en la primera fila para asistir y acompañar a tantos de los habitantes de nuestra Patria. La gratitud será inmensa por el riesgo que también implicaba dicha misión”.
Recordando con gratitud y honra a tantos hombres ilustres que lo integraron, elogió: “En este nuevo día del Ejército Argentino, vaya nuestra gratitud por tanto bien que han hecho y hacen a nuestra Patria, cuánto auxilio prestado, cuánta necesidad socorrida. Su presencia permanente en nuestra Patria, esa Patria que, cuando nacía, nacía también el Ejército para custodiarla”.
“¡Salud, glorioso Ejército Argentino, bajo el cuidado de tu Generala, la Bienaventurada Virgen María, en el título tan querido de la Merced!”, concluyó su mensaje el obispo para las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad de la República Argentina
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