Monseñor Giuseppe Lin Yuntuan, designado por el Papa como Obispo Auxiliar de Fuzhou, asume el cargo con pleno reconocimiento civil en China. Monseñor Lin fue consagrado obispo en 2017, antes del Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y Pekín.
Por primera vez desde la elección de León XIV, el gobierno de la República Popular China ha reconocido oficialmente un nombramiento episcopal realizado por el actual Pontífice. Se trata de monseñor Giuseppe Lin Yuntuan, designado obispo auxiliar de Fuzhou el pasado 5 de junio por el Vaticano, y cuyo nombramiento ha sido reconocido hoy también a efectos civiles por las autoridades chinas, coincidiendo con la toma de posesión del cargo por parte del obispo de 73 años.
Aunque monseñor Lin fue consagrado obispo en 2017, antes del Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y Pekín, esta es la primera vez que su nueva misión episcopal recibe el aval civil del gobierno de su país.
La Santa Sede ha celebrado este hecho como un nuevo fruto del Acuerdo Provisional entre China y la Santa Sede, firmado inicialmente en 2018 y prorrogado por primera vez en 2024 por un periodo inédito de cuatro años. «Este acontecimiento constituye un fruto adicional del diálogo entre la Santa Sede y las Autoridades chinas y representa un paso importante en el camino de comunión de la Diócesis», subraya el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
A pesar del optimismo vaticano, el acuerdo con China sigue siendo motivo de controversia. Diversos informes internacionales han documentado un aumento de la represión religiosa en el país desde la firma inicial del pacto. En particular, un documento publicado por Nina Shea para el Hudson Institute en 2024 denunció la persecución de al menos diez obispos católicos por parte del régimen comunista, resistiéndose a someter la vida eclesial a los lineamientos del Partido.
Además, hace poco más de un mes, a pocos días del fallecimiento del Papa Francisco y, por lo tanto, durante el período de sede vacante, se conoció un caso que arroja nuevas sombras sobre la consistencia del acuerdo: la diócesis de Xinxiang anunció la «elección» de un nuevo obispo, el padre Li Jianlin, y el padre Wu Jianlin, vicario general de Shanghái, fue «elegido» nuevo obispo auxiliar de la ciudad por una asamblea de sacerdotes locales, ambos sin la ratificación de la Santa Sede.
Según información revelada por The Pillar, esta designación fue impulsada por la Asociación Patriótica Católica China, organismo controlado directamente por el Partido Comunista. Un movimiento interpretado como una clara reafirmación del deseo del régimen de consolidar una Iglesia nacional independiente de Roma. La situación pone de manifiesto la compleja realidad que vive la Iglesia católica en China bajo el comunismo, dividida entre una «Iglesia patriótica católica china», controlada por el Estado, y una Iglesia clandestina, silenciosa y perseguida, pero firme en su fidelidad a Roma.
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