Por qué Francisco no viene a la Argentina

Por qué Francisco no viene a la Argentina

¿Macri, campaña electoral o grieta? La única certeza es que 2018 será la sexta ocasión en que Francisco viaje a Sudamérica sin pisar suelo argentino. 

Aunque sus predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI visitaron sus países natales antes de cumplir el primer año en el Vaticano, 2018 será —tras su paso por Chile y Perú— la sexta ocasión en que Francisco viaje a Sudamérica sin pisar suelo argentino. Rumores de una mala relación con Mauricio Macri, voceros oficiales y oficiosos y el fantasma de ‘la grieta’ en un año electoral son eje de las especulaciones sobre el gran faltazo del argentino que lleva cuatro años al frente de la iglesia católica.

 

 

Las visiones contrapuestas de Fernando Iglesias, diputado (M.C.) y actual candidato a Diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires; y Eduardo Valdés, embajador argentino ante la Santa Sede entre 2014 y 2015 y parlamentario del Mercosur por el Frente para la Victoria. 

 

 

Fernando Iglesias y Eduardo Valdés, en contrapunto picante sobre el rol de Francisco en la política argentina.

 

 

¿Por qué Francisco sigue sin visitar el país?

 

 

FI: Me parece que los lugares que decidió visitar expresan sus preferencias políticas: fue a Bolivia, a Ecuador y a Cuba, donde se entrevistó con Fidel y Raúl Castro, pero no recibió a las Damas de Blanco que protestan por la situación de los derechos humanos en la isla. Me parece que también es, en ese sentido, una posición de equidistancia un poco ponciopilatista, en el sentido de lavarse las manos con respecto a lo que está sucediendo en Venezuela tampoco me parece positiva... Todo eso expresa una preferencia política que no comparto, pero que el Papa es muy dueño de tener.

 

 

EV: Siento como gran fracaso de mi parte el haber sido embajador hasta el 10 de diciembre de 2015 y no haber logrado que el Papa viniera a la Argentina. Juro que hice todos mis esfuerzos. Pero estando allá aprendí que es un hombre que no viaja por viajar, sino que le da un concepto a sus visitas. En su visión geopolítica, es un hombre acostumbrado a ir desde las periferias hacia el centro: su primer viaje fuera de Roma fue a Lampedusa, la isla más alejada de Italia, donde todos los días aparecen miles de cuerpos, flotando en el Mediterráneo, de sirios, iraquíes o libios que se escapan en barcas. Milito activamente para que venga a la Argentina en noviembre de 2018, que es un año no electoral y, además, porque normalmente se trata que haya clima cálido para que la gente lo pueda saludar.

 

 

Eduardo Valdés: En ‘la grieta’ lo deben querer meter los que no lo quieren, y debe haber de un lado y del otro. Hay un sector poderoso del país que prefiere vivir en los countries, encerrados, convivir con la pobreza antes que resolverla.

 

 

¿Es ‘la grieta’, como dijo Marcelo Sánchez Sorondo, el motivo de su faltazo?

 

 

FI: Una declaración de semejante gravedad, si es cierta, debería hacerla el Papa y no alguno de sus emisarios. Alguien que está preocupado por ‘la grieta’ tendría un poquito más de cuidado con las personas con quienes se fotografía, porque desde el Caballo Suárez hasta las cartas a Milagro Sala hemos visto un desfile de personajes indignos. Me parece que lo que agranda ‘la grieta’ son algunas actitudes: transformar al Vaticano en una nueva Puerta de Hierro, donde personajes como Guillermo Moreno son los favoritos, por ejemplo. Cuando estaba Juan Perón en Puerta de Hierro, todo el mundo viajaba y cuando volvían acá mandaban la que les parecía y él no desmentía, dejaba correr. Me parece que ese jueguito ya lo hemos visto en la Argentina entre fines de los ‘60 e inicios de los ‘70, y no llevó a nada bueno. Más que evitar ‘la grieta’, abrió la peor de las grietas que tuvo esta sociedad, que fue la de los horribles años ‘70.

 

 

EV: No tengo esa visión. Me imagino que lo que quiso decir Marcelo Sánchez Sorondo es que el Papa, si viene, lo hará como prenda de unidad y no para profundizar ninguna grieta. Hay 6 consultoras que dicen que Francisco tiene una imagen positiva del 90 por ciento: debe ser la persona más querida de la Argentina. El Papa siempre va a trabajar por la unión. ‘La grieta’ es de mil periodistas y 2 mil políticos que se pelean por una cosa o por la otra, pero el país tiene 42 millones de habitantes. ‘La grieta’ es cruzar la avenida Eva Perón y ver Ciudad Oculta de un lado y del otro lado a la gente que vive bien, no que discutamos fuertemente quienes pensamos distintos. El Papa piensa igual que yo en esas cosas.

 

 

¿Los políticos argentinos usan a Francisco?

 

 

FI: No me cabe ninguna duda. Me gustaría que él lo dijera con nombre y apellido. A mí, en general, no me usa nadie, porque cuando me usan lo digo. Y, si no lo digo, es que lo dejo correr, ¿no? Sería muy útil una aclaración del Papa sobre quiénes están autorizados a hablar en su nombre en la Argentina y quiénes no. Porque, si no, jugamos en las dos canchas: a una tribuna le guiñamos el ojo y le decimos: “Cuando habla Gustavo Vera es como si hablara yo”. Y a la otra tribuna le guiñamos el otro ojo y le decimos: “No, Gustavo Vera no tiene nada que ver conmigo”. Eso es lo que llamo Puerta de Hierro.

 

 

EV: Puede ser... Algunos van a la Audiencia General, se sacan una foto y después en sus provincias la venden como que estuvieron a solas con Francisco. Pero no todos los políticos que van a verlo lo usan. Él, cuando hace las Audiencias Generales, tiene la generosidad de tener un espacio reservado para su país y no va a privar a todo el pueblo argentino que quiere ir hasta allá por el hecho de que se acerquen dos políticos que buscan la foto. Con algunos sé que no se ha querido retratar: cuando el Papa no quiere recibir a alguien, no lo recibe. Sacarse una foto con el Papa en una Audiencia General de los miércoles no quiere decir que el Papa convalida la acción política de esa persona. Ahora, si el Papa, en una audiencia particular, da la posibilidad de sacarse una foto él, está dejando que se use.

 

 

Fernando Iglesias: "Me parece que lo que agranda ‘la grieta’ son algunas actitudes: transformar al Vaticano en una nueva Puerta de Hierro, donde personajes como Guillermo Moreno son los favoritos, por ejemplo".

 

 

Oposición o gobierno, ¿dónde tiene más aliados el Papa?

FI: No lo sé. Y no me parece importante. Me parece que la Argentina tiene que mirar al futuro y salir de todas esas escenas que recuerdan la vieja frase tan citada de Hegel sobre la Historia, primero como tragedia y luego como farsa. Lo de Puerta de Hierro fue una tragedia que llevó a toda una serie de acontecimientos desgraciados, como la destitución de Ricardo Illia y el apoyo de Perón a Juan Carlos Onganía, el Cordobazo y el desbarranco del país en los ‘70. A quienes no queremos eso, no nos cae simpático otra vez estar dependiendo de lo que dice una nueva autoridad religiosa desde otro lado y con un lenguaje confuso en el que nunca queda claro qué es lo que se dijo y qué es lo que no se dijo. El Papa tiene una voz para hablar: que diga. Para desmentir tanto ruido, tanta grieta y tanta especulación, bastaría que saliera y dijera: “No voy a la Argentina por equis motivo”. Y fin de la discusión. Si no lo hace, es su problema. Pero es raro que sus voceros nos echen la responsabilidad a otros.

EV: Creo que en los dos lados. En ‘la grieta’ lo deben querer meter los que no lo quieren, y debe haber de un lado y del otro. Hay un sector poderoso del país que prefiere vivir en los countries, encerrados, convivir con la pobreza antes que resolverla. A ese sector le molesta Francisco, molesta que hable de los pobres y él, en ese aspecto, piensa el mundo desde los pobres. Nunca se va a equivocar en esa geopolítica. Creo que eso es lo que le molesta a un sector muy pequeño pero muy poderoso del país, que son dueños de medios de comunicación, de empresas importantes, y que generan opinión.

Comentá la nota