Francisco, entre naufragios y esperanzas

Francisco, entre naufragios y esperanzas

El Papa argentino ha confirmado viajes a Sudamérica para este año y el próximo. Ecuador, Bolivia, Paraguay, Estados Unidos, quizás Cuba, para este año. Y en 2016, Colombia, Argentina y ojala México, serían de la partida. Bergoglio viene de esta “periferia”, y sabe su potencial. ¿Cómo está el mundo hoy? ¿Qué tiene América para ofrecer? ¿Qué se vive en cada continente? Para mirar, analizar, y pensar juntos…

Europa se debate entre crisis, miedos, viejas soberbias, totalitarismos, individualismo. La adolescencia eterna, el relativismo, la pérdida de valores, el rechazo al otro, al diferente, la xenofobia que crece día a día, proporcionalmente con la desocupación, y la caída de la actividad económica y el PBI. Ajustes, salvataje, quiebras, dolores. En cada país, en cada elección, avanzan los partidos con posturas nacionalistas, con actitudes extremas. Europa mira, lejana y absorta, naufragios, familias enteras que quedan en la tumba marina del Mediterráneo, más de 1000 en una semana, inmigrantes ilegales hambrientos que llegan a Lampedusa, buscando, no ya un futuro promisorio, sino un plato de comida…

África sigue buscando su destino. Pasan los años, y aquella esperanza del desembarco del crecimiento, el desarrollo y la democracia, sigue siendo eso, solo una promesa. Conflictos que terminan en limpiezas étnicas, divisiones entre tribus que parten países al medio, intervención de las potencias que manejan y se llevan los recursos naturales, y dejan las guerras, y crecimiento de regímenes totalitarios en los últimos años, todo dentro de una crisis económica mundial que se siente mucho más en el continente verde. Como si todo esto fuera poco, los conflictos profundizan las deficiencias estructurales en materia de obras, caminos, salud y educación. No hubo avances sustanciales en las últimas décadas… El dolor, crece, y se resignan algunos. Quizás África siga siendo siempre eso, solo una promesa…

Asia son varios continentes en uno. La primavera árabe, aquí y en  África, no dio los frutos esperados, en democracia y paz. Algunos países cambiaron un dictador o un déspota, por otro. Sangre que corrió, y sigue corriendo. Por otro lado, el eterno foco de tensión árabe-israelí. Parece que nada sirve para soñar con la paz constante. La conformación definitiva del Estado Palestino, parece imposible. Mientras tanto, los medios hablan de otro estado, el islámico, que se hace lugar en territorios de Siria e Irak, a fuerza de degüellos y escenas macabras, prolijamente difundidas por los grandes medios. La irradiación del horror, justifica más miedo, más guerra, más dependencia de los poderosos, más intervención del gendarme del mundo, más zozobra en el planeta.

Como si todo esto fuera poco, Yemen sufre una invasión, desde el poder árabe, Afganistán, Corea del Norte, se cierran en si mismos y dejan, incógnitas, hambre, fundamentalismo, y sometimientos a los pueblos. Irán buscar cambiar su imagen, y convertirse en un país moderno, dejando atrás la imagen de los ochenta.

A los problemas económicos, políticos, étnicos, se agrega el componente religioso. Morir por la fe, se va convirtiendo en moneda corriente en Asia. Creyentes de Cristo arrojados al mar, cristianos encarcelados por su fe en Pakistán, mientras estallan las bombas en las iglesias. La arbitrariedad en la acusación de blasfemia, donde en cualquier momento, cualquier ciudadano musulmán, manda a prisión a un cristiano argumentando que ofendió al Corán, o a Mahoma. Esto se respira todos los días en decenas de países de Asia, como si nada hubiera cambiado en más de dos mil años de historia, entre la persecución a los cristianos en la Roma antigua, los sacrificios en el Coliseo, y esta violencia y muerte del siglo XXI.

Esta es, a grandes rasgos, la realidad del planeta, el presente de estos continentes. ¿Y América? ¿Qué tiene para ofrecer al mundo?

Eso es lo que viene a buscar y a mostrar el Papa. Francisco es argentino, americano, sabe todo lo que sufrió esta tierra en su historia. Sabe de los dolores, de las muertes y la violencia, sabe él mismo el peso de la conquista, el rol de la iglesia, los errores y los horrores. Pero también sabe Bergoglio que América salió y resurgió de sus cenizas, y siguió buscando su camino, un camino de esperanza.

Francisco visitará muchos países de este continente entre 2015 y 2016. Vuelve a casa. Y regresa para tomar los valores de esta patria americana: Fe, esperanza, diálogo, paz, diálogo interreligioso, respeto por la diversidad, humildad, convicción para crecer con inclusión, resistencia al liberalismo económico salvaje. En definitiva, búsqueda de un camino propio, para que más hermanos vivan mejor.

América es respeto, culto a la Pachamama, valores religiosos que se mantienen con mucha más fuerza que en Europa, culto y valorización de la familia, jóvenes comprometidos y solidarios, pueblos que caminan en comunidad, hombres y mujeres que se respetan en sus pueblos, en las ciudades, en cada país.

 

Es cierto que hay problemas, y muchos. La pobreza sigue siendo la asignatura pendiente. Ha disminuido como nunca antes en los últimos 15 años, pero falta. Cuando Lula Da Silva ganó en Brasil, los cronistas le preguntaban sobre como reaccionarían los mercados y el establishment con el triunfo de un “tornero”. “Los mercados tendrán que entender que la gente pretende comer tres veces por día”, respondió claramente Lula, hoy convertido en estadista.

Vivimos en paz y armonía en este lado del mundo. Hay problemas, inseguridad, desafíos, pero se vive en paz. No hay guerras, no estamos en nuestras casas pensando que caiga un misil, o rezando con pánico a un ataque o un linchamiento, no hay persecuciones, y la violencia racial más fuerte se da, paradójicamente, en Estados Unidos, el país poderoso, donde mueren ciudadanos negros y musulmanes sólo por su color de piel o su religión.

Por todo esto viene Francisco. México es el país con mayor cantidad de católicos del mundo. La fe en Cristo crece día a día. América es el territorio de la fe, de la paz y la esperanza. Hoy, tenemos todo esto para ofrecerle a la sociedad.

Francisco lo sabe, viene a buscarlo, para llevar todos estos valores, al mundo…

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