Francisco, el deporte y la globalización

Francisco, el deporte y la globalización

Cuando llegó a mis manos el libro “Francisco, la alegría que brota del pueblo”, no pude menos que recordar cuando a fines del 2012 los directivos de la Editorial Santa María le propusieron al cardenal Bergoglio recopilar sus homilías para que en un futuro sirvieran como guía pastoral.

Fruto de esa propuesta nacieron a los pocos meses los cuatro primeros tomos -Vida, Testimonio, Misericordia y Misión- de la colección Presencia y Misión, que encuentra en esta reflexión sobre la Evangelii Gaudium un nuevo aporte que será presentado hoy a las 18 hs en el Auditorio de la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación (Av. Rivadavia 1843).

Entre las distintas miradas que se plasman sobre la encíclica, hubo una que me llamó la atención. Porque si hay un tema que remarca el Papa periódicamente por fuera de lo que hace a la doctrina o del magisterio de la iglesia, es la importancia del deporte. El deporte como instrumento integrador y aglutinador de diferentes realidades sociales alrededor del mundo o como ocio según lo expresó en una entrevista: ”Una persona que trabaja debe tomarse un tiempo para descansar, para estar en familia, para disfrutar, leer, escuchar música, practicar un deporte. El Libro de la Sabiduría expresa que, en su sapiencia, Dios jugaba...”. 

Víctor Lupo, escritor y dirigente del Movimiento Social del Deporte, sintió que Francisco se refería al deporte como ningún antecesor suyo en el trono de Pedro. “Quienes conocimos su labor sabíamos de su verdadera pasión por el deporte, especialmente el fútbol” y “esa fuerte prédica a favor de la práctica deportiva es producto de un pensamiento cuya base tratamos de exponer en el presente escrito porque en cada uno de sus mensajes apreciamos cuánta importancia da a la actividad física deportiva en la formación de niños y jóvenes de todo el mundo” resume Lupo. 

La aparición del peronismo en 1945 produce en el deporte un cambio revolucionario. Hasta entonces éste no había sido tomado seriamente como política de Estado. El nuevo presidente Juan Domingo Perón expresaba que el ser humano debía tener un equilibrio en sus tres aspectos fundamentales: “El hombre vale cuanto representa cualitativa y cuantitativamente su alma, su inteligencia y su cuerpo”. En su concepción, el deporte conforma uno de los pilares de una sociedad equilibrada. Y es en este tiempo que vivió de adolescente Jorge Mario Bergoglio. “De allí su pensamiento sobre el deporte como una herramienta fundamental en la Cultura del Encuentro, escribe Lupo, que actualmente tanto pregona.”  

Los “curas villeros” pueden dar fe de cuántas veces el obispo de Buenos Aires les habló y les pidió trabajar con el deporte como una herramienta educativa y de prevención ante los flagelos de las adicciones y la delincuencia. Sin duda, Francisco toma al deporte como un elemento formador (“El deporte es un instrumento válido para el  crecimiento integral de la persona humana” dijo al cerrar el VIII Encuentro Arquidiocesano de Niñez y Adolescencia en 2007) 

Al conocer y profundizar sobre el Papa Francisco no podemos dejar de lado esta mirada que nos propone un reconocido dirigente y escritor como Víctor Lupo; porque a lo largo de las páginas que escribió encontramos una mirada sencilla y concisa sobre la importancia que el Vicario de Cristo le otorga al deporte. “Tenemos que conformar la Cultura del Encuentro a través de la educación, el deporte y el arte popular, tres patas que van haciendo entrar a los chicos en los valores sociales” suele repetir Francisco a quienes quieren escucharlo.

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