En un mensaje para el Simposio Ecuménico que se celebra en la archiabadía húngara de Pannonhalma, el Papa recordó a san Benito y su visión de la armonía: 'La guerra perjudica a todos', decía el santo.
“Quienes buscan constantemente la paz deberían convertirse ellos mismos en mensajeros de la paz, con sus palabras y sus obras”: lo recordó el Papa Francisco, citando a san Benito, en un mensaje dirigido a los participantes del Simposio Ecuménico que se celebra en la archiabadía benedictina de Pannonhalma, en el oeste de Hungría.
Ese encuentro busca profundizar en "el tema de la paz en sus múltiples aspectos", en un momento en el que "la humanidad globalizada está herida y amenazada por una guerra mundial gradual que, librada directamente en algunas regiones del planeta, tiene consecuencias que dañan la vida de todos, especialmente de los más pobres", y en el que "la guerra en Ucrania nos ha llamado dramáticamente a abrir los ojos y el corazón hacia muchas poblaciones que sufren a causa de la guerra".
Aunque la Regla de san Benito no contiene una discusión sobre el tema de la paz, subraya el Papa, "es una excelente guía para un compromiso consciente y práctico por la paz".
De hecho, asegura, su mensaje va más allá de los muros de los monasterios y muestra "cómo la convivencia humana, con la gracia de Dios, puede superar los peligros derivados de las disputas y las discordias".
Además, el santo patrono de Europa conoció, recuerda Francisco, "la complejidad de las huellas lingüísticas, étnicas y culturales, que representan al mismo tiempo una riqueza y un potencial de conflicto".
El Papa destaca que, sin embargo, "tiene una visión serena y pacífica, porque está plenamente convencido de la igual dignidad y el mismo valor de todos los seres humanos". Esto se aplica, puntualiza, especialmente a los anfitriones, ya que los extranjeros, deben ser acogidos según el principio de "honrar a todos los hombres".
Esto significa también, explica el pontífice, "saber dar el primer paso en determinadas situaciones difíciles", porque "la discordia no debe convertirse en un estado permanente".
"Establecer la paz antes del atardecer", afirma el pontífice, parafraseando a san Benito, y agrega: "Ésta es la medida de la disponibilidad del deseo de paz", advirtiendo incluso contra un saludo de paz falso, precipitado y poco sincero, aunque aclarando: "Pero la búsqueda de la paz en la justicia no puede tolerar ninguna demora, debe proseguirse sin vacilaciones".
“La visión de paz de san Benito”, subraya Francisco para concluir, “no es utópica, sino que se orienta hacia un camino que la amistad de Dios hacia los hombres ya ha trazado y que, sin embargo, debe ser recorrido paso a paso por cada individuo y por la comunidad”.
Comentá la nota