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Un cardenal colombiano a la cabeza de la Iglesia de América Latina: Rubén Salazar Gómez, elegido presidente del Celam. Un hombre de diálogo

Por Luis Badilla

Hace pocas horas en Santo Domingo, capital de la República Dominicana, la Asamblea Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) eligió como nuevo Presidente, para los próximos cuatro años, al arzobispo de Bogotá, cardenal Rubén Salazar Gómez, creado cardenal por Benedicto XVI en 2012. Es el cuarto prelado colombiano que preside el organismo de coordinación eclesial regional desde 1958.

El Cardenal Rubén Salazar Gómez, Arzobispo  Metropolita de Bogotá (Colombia), nació en Bogotá el 22 de septiembre de 1942. Asistió al seminario del Arzobispado, Inmaculada Concepción de Ibagué, donde cursó Filosofía entre 1959 y 1961. Desde 1962 hasta 1966 perfeccionó sus estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, obteniendo la Licenciatura en Teología dogmática. El 20 de mayo de 1967 fue ordenado sacerdote en la arquidiócesis de Ibagué, ocupando sucesivamente los cargos de director espiritual y profesor en el Colegio Tolimense, instituto educativo arquidiocesano fundado en 1934. En 1968 fue nombrado vicario cooperador de la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, y ese mismo año se trasladó de nuevo a Roma para realizar estudios especializados en el Pontificio Insituto Bíblico donde, en 1971, se licenció en Ciencias Bíblicas.

Volvió a su patria y prestó servicios pastorales en varios organismos de su arquidiócesis: fue profesor de Sagrada Escritura en el Seminario Mayor desde 1972 hasta 1987 y después nuevamente desde 1990 hasta 1992; desde 1973 ocupó también durante tres años el cargo de capellán del reformatorio masculino de Ibagué, y entre 1976 y 1978 fue párroco de Inmaculado Corazón de María y capellán de un batallón de infantería del Ejército. En 1987 fue nombrado director del Secretariado nacional de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Colombiana. Fue también miembro del Pontificio Consejo Cor Unum y representante de los Países bolivarianos en el Consejo ejecutivo de Caritas Internacional hasta 1990. Ese año fue nombrado párroco de Nuestra Señora de Chiquinquirá y vicario pastoral de la arquidiócesis.

El 11 de febrero de 1992 Juan Pablo II lo nombró Obispo de Cúcuta y el 25 de marzo de ese año recibió la ordenación episcopal. Tres años después fue designado administrador apostólico de la Prelatura de Tibú y desde 1998 hasta 1999 ocupó el mismo cargo en la arquidiócesis de Nueva Pamplona. Entre 1996 y 1999 presidió la Comisión doctrinal de la Conferencia Episcopal Colombiana.

El 18 de marzo de 1999 Juan Pablo II lo promovió a la sede arzobispal de Barranquilla. Nuevos cargos caracterizaron el período siguiente: hasta 2001, y después desde 2004 hasta 2005, fue administrador apostólico de la diócesis de Riohacha; también durante dos mandatos formó parte del Comité permanente de la Conferencia Episcopal colombiana (1999-2005 y 2007-2008).

El Episcopado de su país lo designó como delegado en las Asambleas generales ordinarias del Sínodo de Obispos de 2001, 2008 y 2012. En 2007 fue también delegado de los prelados colombianos en la Quinta Conferencia general del Episcopado Latinoamericano y el Caribe (CELAM) que se llevó a cabo en Aparecida (Brasil).

Miembro del Consejo de la Presidendia de la Conferencia Episcopal en el trienio 2002-2005, ocupó los tres años siguientes el cargo de Presidente de la Comisión de Pastoral Social de Caritas. En 2008 fue elegido presidente de los obispos de Colombia, cargo en el que fue confirmado para un segundo trienio en 2011.

Contemporáneamente, el 8 de jiulio de 2010, Benedicto XVI lo transfirió a la sede metropolitana de Bogotá. Algunas de las cuestiones que ocuparon el centro de su actividad pastoral como Arzobispo de la capital y cabeza del Episcopado nacional fueron el desafío que plantea la secularización del país –tal como lo refirió al Papa en septiembre de 2012 durante la visita ad limina apostolorum- y el apoyo a las tratativas de paz entre el Gobierno y las Fuerzas armadas revolucionarias colombianas (FARC), tratativas en las que la Iglesia conserva una posición independiente pero de efectivo estímulo al diálogo. Convencido defensor de la necesidad de que en Colombia todas las partes en causa se comprometan para alcanzar una pacificación verdadera y duradera tras medio siglo de conflicto, el Cardenal Salazar Gómez es una de las figuras más destacadas de la Iglesia del país y del continente. En efecto, también ocupa el importante cargo de Primer Vicepresidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

Por Benedicto XVI creado y publicado Cardenal en el Concistorio del 24 de noviembre de 2012, con el título de San Gerardo Maiella.

Es miembro de:

Congregación para los Obispos;

Pontificio Consejo Justicia y Paz;

Pontificia Comisión para América Latina.

Fuente: Vatican.va

PRESIDENTES DEL CELAM DESDE 1958

Arzobispo Miguel Darío Miranda Gómez, (1958 – 1963), luego cardenal;

Arzobispo Helder Pessoa Câmara, (1963 – 1965);

Arzobispo Manuel Larraín Errázuriz, (1963 – 1966);

Arzobispo Avelar Brandão Vilela, (1966 – 1972), luego cardenal,

Arzobispo Eduardo Francisco Pironio, (1972 – 1975), luego cardenal;

Cardenal Aloísio Leo Arlindo Lorscheider, (1975 – 1979);

Arzobispo Alfonso López Trujillo, (1979 – 1983), luego cardenal;

Arzobispo Antonio Quarracino, (1983 – 1987), luego cardenal;

Obispo Darío Castrillón Hoyos, (1987 – 1991), luego cardenal;

Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, (1991 – 1995);

Arzobispo Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, (1995 – 1999), luego cardenal;

Obispo Jorge Enrique Jiménez Carvajal, (1999 – 2003);

Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, (2003 – 2007);

Cardenal Raymundo Damasceno Assis, (2007 – 2011);

arcivescovo Carlos Aguiar Retes, (2011 – 2015 ).

Cardenal Rubén Salazar (2015 – 2019)

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