Es mediodía y las campanas discretas de la Ciudad Eterna elevan su voz entre el bullicio del tráfico, las sirenas de las ambulancias y las bocinas de los buses turísticos. Desde la colina del Gianicolo un cañonazo diario asusta a las gaviotas y a las palomas que se alborotan entre las terrazas y cúpulas de la ciudad.

Al otro lado del río Tíber, en el Vaticano, los ordenadores abren el boletín de la oficina de prensa de la Santa Sede que se reparte a todo el mundo por email. La curia quiere saber las novedades del día.

Con la llegada del Papa Francisco, hace una década, el día más esperado para los nombramientos y renuncias extraordinarias son los sábados, sin embargo, hay ocasiones como la semana pasada en las que el boletín informativo es sustancioso de material noticioso.

Así fue el jueves 14 de septiembre en que se anunció que un alto funcionario cesaba sus funciones, se conoció el nombre del presidente del pontificio comité de ciencias históricas, se nombró un nuevo subsecretario para el personal diplomático de la Secretaría de Estado, un nuevo subsecretario para el Dicasterio de la Cultura y Educación; y se dio a conocer el jefe del protocolo de la Secretaría de Estado.

La noticia de que el jesuita Antonio Spadaro dejaba la dirección de la revista Civiltá Cattolica y que se le abría una posición en el Dicasterio de la Cultura y Educación, tuvo eco dentro y fuera de Italia.

También fue relevante que el Secretario del Dicasterio para la Vida Religiosa, José Rodríguez Carballo, a finales de octubre dejará el Vaticano y regresará a su país como arzobispo coadjutor de la diócesis española de Mérida-Badajoz.

Pero el boletín de prensa no terminaba allí porque informaba del nombramiento del profesor Vincenzo Buonomo como nuevo delegado para reformar los estatutos de la Pontificia Universidad Urbaniana. Nombramiento que se entiende en el contexto de una gran reforma que el Papa Francisco está promoviendo entre las universidades eclesiales romanas, donde estudian miles de seminaristas, religiosos y sacerdotes. Se trata de un proceso coordinado por el Dicasterio para la Cultura y Educación.

Pasando a otro orden de temas, comentamos que hubiese sido justo que la noticia sobre el ex arzobispo de París, Michel Aupetit, tenga la misma resonancia que hace dos años atrás, pues, el pasado viernes se supo que las acusaciones por un supuesto abuso a una mujer, decayeron porque el hecho no tenía ningún sustento. Confirmando así la inocencia de este médico que se hizo sacerdote, que llegó a ser arzobispo de París, pero que tuvo que renunciar ante “el altar de la hipocresía” y del chismorreo.

Mencionando a Francia, debemos subrayar que, del 22 al 24 de septiembre, el Santo Padre viajará a Marsella y participará en la conclusión de un encuentro sobre migración, que tiene la finalidad de promover caminos de paz, colaboración e integración, en torno al fenómeno migratorio –que estos días está golpeando duramente a Italia–.

Post data.-

Terminamos con una nota no menos importante: los obispos ucranianos de rito bizantino se reunieron en Roma y también fueron recibidos por el Papa, quien después de un largo diálogo a puertas cerradas quiso confirmar su posición repitiendo: «Os aseguro que estoy con vosotros«.