VI Congreso Misionero Nacional: 'Descubrir que Dios es misión'

VI Congreso Misionero Nacional: 'Descubrir que Dios es misión'

En un documento final, los participantes se comprometieron a continuar con nuevo ardor su misión e ir más allá, donde aún Dios no ha sido conocido. Carta a las Iglesias locales de la Argentina.

 

Al termino del VI Congreso Misionero Nacional, que se desarrolló este último fin de semana en la diócesis de San Luis, los participantes dieron a conocer un documento conclusivo, en el que subrayan que lo nuevo de este Comina 6 fue “descubrir que Dios es Misión”.

En el texto, quienes formaron parte del encuentro reconocen que “juntos son misión”, valoran “el ardor misionero proclamado con el testimonio de vida y el anuncio kerygmático”, redescubren que “el carisma misionero mira más allá”, y disciernen que “el camino abierto por el bautismo es camino de escucha humilde, atenta, plena, sincera y activa a Dios, a la comunidad y a los signos de los tiempos”.

Asimismo, se proponen “continuar con nuevo ardor nuestra misión en los lugares donde ya estamos trabajando”; y proyectan “ir más allá en aquellos areópagos donde aún Dios no ha sido anunciado y donde la Iglesia no tiene presencia significativa; así como incrementarla y fortalecerla en aquellos espacios que ya la tienen”, e ir a “los ámbitos y territorios donde el Espíritu nos sugiera en el discernimiento personal y eclesial”.

Texto del documento conclusivo

Quienes participamos en este VI Congreso Misionero Nacional, tenemos la oportunidad de valorar la historia transcurrida en la Argentina misionera, continuando el camino de los Co.Mi.Na. 

¿Qué es lo nuevo del CoMiNa 6? Descubrir que Dios ES misión. 

Es Él quien, saliendo de su “zona de confort”, viene a nuestro encuentro y nos convoca como familia misionera a llevar adelante las grandes acciones misioneras hoy: recibir, agradecer, custodiar, celebrar y transmitir. 

Lo que vivimos en pandemia, nos obligó a volver a las fuentes de nuestra experiencia misionera. 

Habiendo concluido nuestros trabajos en círculos, afirmamos que: 

Con la fuerza del Espíritu: 

• Reconocemos que juntos somos misión, porque Dios es misión. 

• Valoramos el ardor misionero proclamado con el testimonio de vida y el anuncio kerygmático. 

• Redescubrimos que nuestro carisma misionero mira más allá, para ir donde aún no ha llegado el Evangelio. • Resignificamos nuestro bautismo como don y fuerza transformadora que nos configura como Iglesia de discípulos misioneros. • Reflexionamos sobre nuestro modo de ser Iglesia que, para ser fraterna y sinodal, necesita de una permanente formación. • Profundizamos sobre la importancia de la coherencia de vida y la apertura de corazón que nos reclama hoy la misión. 

• Discernimos que el camino abierto por el bautismo es camino de escucha humilde, atenta, plena, sincera y activa a Dios, a la comunidad y a los signos de los tiempos. La misma, genera un diálogo creativo entre las culturas y el Evangelio.

Como testigos de Cristo: 

Queremos afianzar actitudes como: la aceptación y el acompañamiento del otro, la ternura, la parresía, la flexibilidad, la organización de la caridad, el trabajo en red. 

• Nos proponemos AQUÍ continuar con nuevo ardor nuestra misión en los lugares donde ya estamos trabajando; y generar instancias de formación misionera en las Iglesias particulares. 

• Proyectamos ir ALLÁ en aquellos areópagos donde aún Dios no ha sido anunciado y donde la Iglesia no tiene presencia significativa; así como incrementarla y fortalecerla en aquellos espacios que ya la tienen. Los englobamos en realidades como el mundo de las creencias, de las diversiones, del deporte y la nocturnidad, de la cultura y el arte, el mundo empresarial, el sindicalismo, el mundo de la política, el continente digital y la dimensión de la sexualidad. 

• Proyectamos ir MÁS ALLÁ a los ámbitos y territorios donde el Espíritu nos sugiera en el discernimiento personal y eclesial, tales como la Amazonía peruana y otros países y regiones donde la Iglesia es minoría y el anuncio es incipiente. 

 

Carta a las Iglesias

Escribe a los ángeles de la Iglesia Argentina en misión, que tienen en sus manos la Palabra y el corazón ardiente, con los pies en camino… conozco tu corazón, conozco tu realidad, sé que deseas ir aquí, allá y más allá. 

Ante todo, te pido que reconozcas tu origen divino, Yo soy Dios misión que te he formado para ser misión. Te he regalado el bautismo y configurado enviándote a llevar mi presencia hasta los confines de la tierra. 

Tu escucha atenta, paciente y humilde es y será testimonio audaz de mi cercanía que acompaña. 

Juntos son y somos misión capaz de transformar tantas realidades en las que aún hay personas que no conocen mi amor entregado. Juntos son y somos misión capaz de despertar los corazones con un anuncio vivo. 

No tengan miedo. Recuerden que estoy en los últimos y olvidados, en todas las periferias geográficas y existenciales. Tengan presente que mi amor es incesantemente derramado, abran el corazón para recibirlo. 

Que mi Espíritu los haga testigos. El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias.

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