Por qué la condena al cardenal pederasta George Pell afecta el prestigio del papa Francisco

Por qué la condena al cardenal pederasta George Pell afecta el prestigio del papa Francisco

El pontífice argentino cometió un grave error.

 

La condena que recibió el cardenal George Pell en la Justicia australiana, que lo encontró culpable de haber violado a dos monaguillos en los años 90, afecta el prestigio del papa Francisco, que conocía las acusaciones pero lo nombró igual para uno de los cargos más importantes de la Curia Romana, el órgano central de gobierno del Vaticano: “ministro” de Economía.

Pell había sido ya candidato a jefe de un dicasterio vaticano durante el pontificado de Benedicto XVI (Joseph Ratzinger), quien desistió de promoverlo tras ser informado que el arzobispo de Melbourne y después de Sydney, es decir las dos ciudades más importantes de Australia, era señalado por proteger a sacerdotes abusadores sexuales y por actos de pederastia con menores.

El serio error de Francisco ha sido marcado varias veces cuando el cardenal Pell fue nombrado además miembro del Consejo de los Nueve (C9), cardenales de los cinco continentes que ayudan al Papa argentino a reorganizar en profundidad la Curia Romana y a elaborar una nueva Constitución Apostólica que establezca las normas de funcionamiento de los dicasterios vaticanos, en reemplazo de la Constitución vigente aprobada por san Juan Pablo II.

Jorge Bergoglio se ha visto obligado a dar por terminado, tras cumplir el mandato de cinco años, de los cardenales Pell y el chileno Francisco Errázuriz. También del congolés Laurent Monsengwo Pasinya, que renunció por razones de edad como arzobispo de Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo.

De ahora en adelante el C9 ha pasado a ser el C6 y no se sabe si el Papa nombrará sustitutos. Los titulares del Consejo son el secretario de Estado, Pietro Parolin; el gobernador de la Ciudad del Vaticano, Giuseppe Bertello; el arzobispo de Bombay (India), Oswald Gracias; el arzobispo de Munich, Reinhard Marx; el arzobispo de Boston, Sean Patrick O’Malley, y el arzobispo de Tegucigalpa (Honduras), Óscar Rodríguez Maradiaga.

Errázuriz, de 85 años, también fue nombrado por Francisco en el C9 pese a que estaba prácticamente retirado por límites de edad y había sido nombrado cardenal emérito de Santiago de Chile. Errázuriz está considerado uno de los principales responsables de la derivación hacia una posición conservadora y burocrática de la Iglesia chilena, que ha determinado el alejamiento de millones de fieles.

El cardenal chileno defendió la línea de impedir y desviar las investigaciones por una serie de escándalos sexuales. El principal fue protagonizado por el padre Fernando Karadima, líder espiritual de una parroquia de clase alta en el barrio capitalino de Las Condes, que educó a decenas de curas, algunos de los cuales fueron nombrados obispos. Karadima era un predador sexual que abusó de muchos menores y que ha sido echado hace poco de la Iglesia.

Errázuriz aconsejó muy mal al papa Francisco sobre estos escándalos. Jorge Bergoglio defendió durante varios años la línea de los conservadores, hasta que tras una visita que mostró la crisis de confianza de los fieles (incluso con el pontífice argentino) cambió de posición y decidió investigar a fondo lo que ocurría. En enero de este año los 34 obispos chilenos fueron convocados al Vaticano por Francisco y presentaron colectivamente su renuncia.

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