Colombia: Madre María Berenice Duque Hencker es beata

Colombia: Madre María Berenice Duque Hencker es beata

“Un edificio de santidad construido sobre la humildad”. Así la definió en su homilía, durante la beatificación de María Berenice Duque Hencker, el cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos en representación del Papa Francisco.

Este sábado 29 de octubre a las 10 de la mañana hora de Colombia, en la Catedral Metropolitana de la Inmaculada Concepción de María de Medellín, ante la presencia del cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, como representante del Papa Francisco, se celebró la ceremonia de beatificación de la Venerable Sierva de Dios, María Berenice Duque Hencker, fundadora, entre otras, de la comunidad de las Hermanitas de La Anunciación.

Tras el saludo y petición de beatificación pronunciada por monseñor Ricardo Tobón Restrepo, Arzobispo de Medellín y una breve lectura de la biografía de la nueva beata, el cardenal Semeraro procedió a la lectura del la fórmula de beatificación en latín. Luego, mientras una procesión de religiosas de la Congregación de las Hermanitas de la Anunciación, fundada por la Madre Berenice, acompañadas por sacerdotes y  laicos portadores de la reliquia de la nueva beata hasta el Altar, se develó la imagen de la beata que fue aplaudida por la multitud de fieles congregados en la catedral.

En su homilía, el cardenal Marcello Semeraro afirmó que durante la proclamación de la Palabra del Señor se había escuchado la declaración de la Virgen María “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” que representa “la conclusión de su diálogo con el Ángel, que le trajo un feliz mensaje. Feliz, ciertamente, porque señala el comienzo de nuestra salvación”.

“Así consideramos ese anuncio y así lo proclamamos al actualizar nuestra fe: ‘El Hijo eterno de Dios se ha encarnado en el seno de la Virgen María y se ha hecho hombre’”

“Pero – preguntó el purpurado – ¿la Santísima Virgen lo entendió inmediata e indudablemente así?”, puesto que según el relato evangélico, al oír las palabras del Ángel, ella se había turbado, mientras Gabriel, para consolarla, le dijo: “No temas”.

María es modelo de fe para todos nosotros

“¿Hay, por tanto, un diálogo en el que María pregunta: ‘¿Cómo?’. La Santísima Virgen, de este modo, es para nosotros un modelo de fe no sólo en la aceptación de la voluntad de Dios, sino también en el deseo de profundizar en la comprensión de la palabra divina”

El Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos prosiguió explicando que el evangelio nos dice que María “meditaba y conservaba la palabra del Señor, y también que la puso en práctica, para luego poder decírselo a los sirvientes en el banquete de Caná: ‘Hagan lo que él les diga’”.

Y comentando cuanto afirma san J. H. Newman, explicó que “María es nuestro modelo de fe tanto en la aceptación como en el estudio de la Verdad divina”. Y agregó que “María siempre seguirá siendo así: humilde”.  A la vez que glosó un párrafo del Ángelus del 24 de diciembre de 2017 del Papa Francisco:

“La respuesta de María es una frase breve que no habla de gloria, no habla de privilegio, sino solo de disponibilidad y de servicio: ‘He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra’. También el contenido es diferente. María no se exalta frente a la perspectiva de convertirse incluso en la madre del Mesías, sino que permanece modesta y expresa la propia adhesión al proyecto del Señor”.

“María no presume. Es humilde, modesta. Se queda como siempre. Este contraste es significativo. Nos hace entender que María es verdaderamente humilde y no trata de exponerse. Reconoce ser pequeña delante de Dios, y está contenta de ser así”

El purpurado subrayó “este aspecto porque una de las características de la vida de nuestra nueva Beata era precisamente la humildad. Este fue, de hecho, el juicio reiterado de los Consultores teólogos durante el proceso de beatificación y canonización”.

“En esto, la Madre María Berenice, hoy beatificada, siempre tuvo como modelo a la Virgen María de la Anunciación, a quien dedicó la primera de las tres fundaciones religiosas: las Hermanas de la Anunciación. Ella misma vivía su vida cotidiana en la esencialidad, considerándose un ‘gusanito’, ‘basura’, ‘nada’”

Otro punto que destacó el cardenal y que es “la frase final del relato evangélico: ‘Y el ángel se retiró’”.

“Dios confía a María una enorme misión, ¡pero no le deja el ‘libro de instrucciones’! Una vez obtenido el asentimiento, el Ángel vuela al cielo; María, en cambio, se queda en la tierra... Se queda sola con el misterio de su maternidad. ¿Qué hacer? ¿A quién decírselo? ¿Cómo decirlo?”

Dios siempre nos deja libres

“Sí – continúo el cardenal Marcello Semeraro en su homilía – decimos que debemos vivir de la fe... el cómo, sin embargo, se deja a nuestra creatividad. Dios, de hecho, siempre nos deja libres”.

“Entendemos, pues, que vivir de la fe no significa tener una receta para los problemas, sino buscar una respuesta personal, a menudo laboriosa y dolorosa a la vez, considerando los estilos de Dios y captando las interpelaciones de la historia”

Cada santo nos muestra una cara diferente de María

“Esto, en definitiva  – añadió – es la santidad y es la razón por la que cada santo nos muestra una cara diferente de ella”.

“El cómo responder a Dios cada día, nuestra Beata tuvo que buscarlo día tras día, superando muchas pruebas. Contrastes e incomprensiones tuvo muchos”

Tras destacar los con los que la nueva beata quiso imitar a María, el cardenal afirmó que “la caridad era, en efecto, la otra característica de su existencia terrenal”.

“Los pobres estaban en el centro de su existencia y también, para que los pobres fueran ‘evangelizados’, fundó una familia religiosa. Tenía, en particular, amor por los niños más pobres, a los que consideraba los favoritos del Señor”

También “iba entre ellos – dijo al concluir – convencida de que les pertenecía el Reino de los Cielos, el cual comienza aquí abajo a través de las pequeñas cosas”.

“Así fue para María y así será siempre, hasta el final de los tiempos: ‘Ha mirado la humildad de su esclava; grandes cosas ha hecho el Todopoderoso por mí’, dice ella. Que así sea también para nosotros”.

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