Las claves de la primera jugada económica del Papa León XIV

Las claves de la primera jugada económica del Papa León XIV

La semana pasada el Papa León XIV introdujo una reforma significativa en la arquitectura económica de la Santa Sede.

 

Por Victoria Cardiel

Con el motu proprio Coniuncta Cura, el Santo Padre revocó la exclusividad que hasta ahora tenía el Instituto para las Obras de Religión (IOR) —conocido popularmente como el “Banco Vaticano”— para la gestión de las inversiones, abriendo la posibilidad de recurrir a otros intermediarios financieros extranjeros, si se considera más eficiente o conveniente.

 

La nueva normativa no busca sacar las inversiones fuera del ámbito vaticano, sino abrir la posibilidad de gestión a intermediarios financieros acreditados: “Si hay una suma que invertir, antes se hacía sólo a través del IOR; pero ahora puede hacerse también a través de la APSA (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica). Eso no significa que las inversiones se realicen fuera, sino que pueden intervenir organizaciones financieras externas para ayudar al Vaticano”, detalla a ACI Prensa el vaticanista Mimmo Muolo, experto en finanzas de la Santa Sede y periodista del diario de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) Avvenire.

El Papa León XIV —que tiene experiencia práctica en el gobierno económico como superior de la Orden de San Agustín— “ha querido aplicar en el Vaticano el principio económico de la diversificación”, indica Muolo.

Reactivado el otro pulmón económico-financiero del Vaticano

Esta decisión supone en la práctica “reactivar el otro pulmón económico-financiero del Vaticano”, explica. La APSA, de hecho, es el órgano encargado de gestionar los bienes inmuebles de titularidad vaticana que suman unos 2.400 apartamentos, la mayoría situados en Roma y Castel Gandolfo. Además, hay otros 600 pisos alquilados a negocios o utilizados como oficinas. 

El experto detalla, que, en realidad, el IOR — una pequeña entidad financiera con poco más de cien empleados— “no es un banco”, sino “un gran fondo de inversión que ha permitido canalizar los recursos financieros”.

“La verdadera banca vaticana es la APSA, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, que gestiona tanto el patrimonio inmobiliario —los apartamentos, los palacios del Vaticano— como los títulos, las acciones y los recursos financieros”, apunta.

El fondo de la reforma, indica Muolo, es pragmático: asegurar la sostenibilidad económica de la Santa Sede, cuyo funcionamiento requiere una importante estructura de personal.

“Hay que tener presente —explica— que entre la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano, que están jurídicamente diferenciados aunque conectados, hay unos cinco mil empleados”. 

“Sólo garantizar el salario mensual de esos cinco mil trabajadores requiere una cantidad de recursos bastante grande. Esa cantidad proviene también de los beneficios de las inversiones que se han venido haciendo hasta hoy”, asegura.

Voluntad de racionalizar y mejorar los rendimientos

El periodista interpreta la decisión del Papa como un intento de racionalizar la gestión y mejorar los rendimientos. La decisión, asegura, está ligada a la “voluntad de racionalizar y mejorar los rendimientos”. 

“Antes existía un régimen de monopolio, con el IOR como único actor que hacía todo. Ahora, en cambio, el estímulo vendrá también del exterior porque en vez de dejarse llevar por la inercia, se buscarán nuevas vías, nuevos socios, nuevas soluciones”, detalla.

Creo que esta decisión de Papa León estimulará “una cierta competencia interna entre la APSA y el IOR para encontrar las mejores soluciones y aumentar los ingresos”.

La medida, que abroga el Rescriptum ex Audientia promulgado por el Papa Francisco en agosto de 2022, supone un cambio de rumbo en la política económica vaticana. 

El Pontífice argentino había centralizado toda la administración de fondos y activos en el IOR y en la APSA, obligando a las instituciones de la Curia a transferir sus recursos a cuentas gestionadas por estos organismos: “Sabemos bien que las necesidades internas para el funcionamiento de la Santa Sede han aumentado, pero los recursos no lo han hecho. Es más, en los años del Covid hubo una gran crisis también en los ingresos".

"Por eso creo que el Papa León va en esta dirección: buscar nuevos sujetos, nuevos operadores financieros que puedan, siempre respetando las reglas de la Santa Sede sobre inversiones éticas, incrementar los ingresos”, agrega.

Ningún escándalo en revertir la reforma del Papa Francisco

Por último, Muolo destaca el carácter realista y evolutivo de la reforma, que considera una corrección razonable del marco establecido por Francisco: “No todas las reformas que se realizan dan necesariamente los resultados esperados”, dijo. 

“Si una reforma no funciona, es bueno cambiarla. Y pienso que el Papa León no ha actuado sólo por voluntad personal. Probablemente ha recibido informes, ha visto balances, ha consultado a expertos del sector y ha considerado oportuno corregir ligeramente el rumbo trazado por el Papa Francisco. No veo en esto nada escandaloso: es normal que con el tiempo se hagan reformas sobre las reformas”, concluye.

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