"Creo que el papa no tiene miedo de nada: nosotros tenemos la tarea de garantizar su seguridad"
"Estamos listos para intervenir y defender al Papa del Estado Islámico. Nuestro deber es la seguridad y estamos bien organizados", dijo el nuevo comandante de la Guardia Suiza Pontificia, el coronel Christoph Graf.
En una entrevista con Il Giornale, Graf, de 54 años, subraya que "lo que sucedió en París (el ataque a Charlie Hebdo) puede pasar también aquí en el Vaticano en cualquier momento y no se puede prever sino con una servicio de inteligencia que tiene informaciones precisas".
Graf es el comandante del pequeño ejército que desde hace 500 años custodia al Papa.
"Después de las amenazas de los terroristaspedimos a los guardias estar más atentos y observar bien los movimiento de las personas. Más no podemos hacer. Si sucede algo estamos listos, como los hombres de la Gendarmería vaticana", indicó.
Se trata de la primera entrevista que concede el comandante de 54 años desde que fue nombrado en el puesto el 7 de febrero sustituyendo al coronel Daniel Rudolf Anrig, destituido, según medios italianos, por su estilo de mando estricto y tras recibir críticas por supuesto despilfarro.
"Creo que el papa no tiene miedo de nada: pueden ver la forma en que se mueve, le gusta estar cercano a la gente (...) Y nosotros tenemos la difícil tarea de garantizar su seguridad", dijo Graf.
El teniente confirmó que sus guardias han elevado su alerta en las últimas semanas.
La guardia Suiza, de 110 efectivos, conocida por sus uniformes azules, rojos y amarillos en estilo renacentista supuestamente inspirados en los frescos de Rafael, protege al líder de la Iglesia católica desde el año 1506.
Para formar parte de ese cuerpo hay que ser suizo, católico, soltero y tener una moral irreprochable y medir al menos 1,74 metros. Graf dijo que los reclutamientos son cada vez más difíciles debido a la bajada de la tasa de nacimientos y a una pérdida de feligreses por la Iglesia suiza.
Pero aseguró que no hay planes inmediatos para abrir la Guardia Suiza a ciudadanos no suizos. "Estar al servicio del papa ha sido un privilegio para los suizos durante más de 500 años, no podemos cambiar las normas sin más", añadió.
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